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Seis claves de la inoportuna crisis del Barça

1. LA DEPENDENCIA DE LA MSN Y SU BAJÓN

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Messi y Neymar, durante el partido contra el Atlético. Reuters / Sergio Pérez

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MADRID.- Acabó una noche de pesadilla y un hombre sollozaba dentro del autobús del Barça, pegado a la ventana. Solo, Iniesta se limpiaba las lágrimas con los dedos mientras miraba a la nada. El manchego, que fue prácticamente el único que hizo acto de presencia en la noche del miércoles en el Calderón, simbolizó más que nadie la reacción a la debacle. El desastre azulgrana ante el Atlético certifica la crisis de un equipo que hace apenas tres semanas aventajaba en más de una decena de puntos a sus perseguidores en Liga, acababa de plantarse en cuartos de Champions y hacía ya tiempo que sabía que jugaría la final de Copa. Se le ha escapado al cuadro de Luis Enrique la opción de hacer historia, pero aún tiene en su mano alzar el doblete en España. A continuación te contamos varias de las claves de este dramático hundimiento del Barça. De la capacidad de sobreponerse a ellas o de recuperarse, depende ese doblete.

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Suárez se lamenta durante el partido ante el Atlético. Reuters / Sergio Pérez

1. LA DEPENDENCIA DE LA MSN Y SU BAJÓN

Entre Messi, Luis Suárez y Neymar suman más del 79% de los goles del equipo en Liga (69 de 87) y el 77% en la Champions (17 de 22). La necesidad que el conjunto de Luis Enrique tiene de los tantos de sus tres delanteros es más que evidente. Cuando Messi se lesionó a finales de septiembre ante Las Palmas en la rodilla muchos aventuraron un bajón de los culés y nada de eso sucedió. Perdieron a la jornada siguiente en Sevilla pero ya no volvieron a dejarse ni un punto. En las cinco jornadas de Liga en las que el argentino estuvo ausente, entre el uruguayo y el brasileño anotaron todos los tantos del equipo: catorce (ocho de Neymar y seis de Suárez). Es más, los azulgranas arrollaron al Madrid en el Bernabéu (0-4) con el rosarino jugando sólo unos minutos y entre Suárez (dos), Neymar (uno) e Iniesta (uno) se sobraron para tamaña gesta.

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Messi, durante el partido contra el Atlético. Reuters / Juan Medina

2. LA DESAPARICIÓN DE MESSI

Desde aquella reaparición tras su lesión de rodilla, el cinco veces Balón de Oro ha marcado todos los tantos que lleva en la Liga (22), de tal manera que hasta logró su mejor inicio goleador de año hasta la fecha y a esa velocidad podía incluso superarse a sí mismo y mejorar la temporada en que logró batir el récord de Müller de goles en un año natural. Todo se vino abajo justo antes de los partidos de selecciones, en un choque para olvidar contra el Villarreal, en el que el cuadro de Luis Enrique desperdició una renta de dos goles.

Rakitic, durante el partido contra el Real Madrid. Reuters / Juan Medina

3. EL ESTADO FÍSICO

Hay más de uno y de dos jugadores a los que en los últimos choques se les ve lejos de sus mejores prestaciones. Rakitic, por ejemplo, que ha sido sustituido en los últimos partidos pese a ser indiscutible. Los clubes grandes suelen hacer una buena planificación a principios de temporada para que a estas alturas, cuando los títulos se deciden, estén en perfectas condiciones para competir. No parece que sea un problema de planificación, dado que Luis Enrique es muy metódico y si el año pasado funcionó espléndidamente, ¿por qué no lo iba a hacer éste? La respuesta más válida parece estar en las menores –escasísimas- rotaciones del asturiano esta temporada. Si la campaña anterior se caracterizó por las múltiples sustituciones y variaciones –y hasta le llegaron a criticar por ello-, ésta ha sido casi todo lo contrario. Seguramente porque no tiene un plan B de jugadores de banquillo en el que confíe para dar descanso a los titulares indiscutibles.

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Piqué y Alves durante el partido contra el Atlético en el Camp Nou. Reuters / Albert Gea

4. ENDEBLEZ DEFENSIVA

La misma cantinela de todos los años. Cada vez que el Barça entra en barrena o tiene un pequeño bajón de resultados, todos miran a la retaguardia. Pero lo cierto es que el cuadro azulgrana sólo juega con un defensa y medio de garantías. La mejor versión de Alves y de Jordi Alba parece haberse perdido hace tiempo y las prestaciones de Mascherano varían según el partido. Sólo a Piqué se le suele ver a la altura, más regular. Y el mismo debate se instala todos los veranos en el Camp Nou, en su entorno y en la prensa catalana. El titular siempre es el mismo: “El Barça busca un defensa”. Y le suelen añadir la coletilla de “indiscutible”, “de campanillas”, “de los mejores del mundo”, etc. En cambio, en vez de ello, en el club se ha apostado por contratar jugadores como Mathieu, Vermaelen o Douglas y por mantener a Adriano.

Luis Enrique, durante el partido contra la Real Sociedad. REUTERS/Vincent West

5. PILOTO AUTOMÁTICO

No nos engañemos. El Barça ha jugado con el piloto automático desde hace cerca de un par de meses. Ha enlazado partidos para olvidar como Málaga, Levante, Las Palmas o Atlético de Madrid en el Camp Nou con otros más brillantes como Athletic o Celta. En muchos partidos fuera de casa y en alguno en su coliseo, los azulgranas fueron al trote, como si tuvieran la intención de desgastarse lo mínimo posible. La táctica del mínimo esfuerzo. Lo llevaron a cabo con excelentes resultados, pero dejaron de competir progresivamente en todos los partidos. Ante el Arsenal en Champions firmaron un buen encuentro en ataque, pero ya en defensa fueron un coladero por las bandas y por el centro y apenas hubo mediocampo. Sin embargo, entonces los tres de arriba aún estaban enchufados. Ya ante el Villarreal, ese piloto automático se tornó insuficiente y más aún contra el Madrid la jornada siguiente. El cuadro de Luis Enrique se ha acostumbrado a no competir porque ganaba con el piloto automático y ahora que necesita competir, parece que el físico y la forma no le dan.

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Busquets recoge el balón de la portería tras marcar Griezmann el segundo gol al Barça. Reuters / Juan Medina

6. HAMBRE DE TÍTULOS

Todos los puntos anteriores son válidos, pero siempre existe la duda en los deportistas de alto nivel de las exigencias que se imponen después de ganar. Y más si ganan todo, como les ocurrió la campaña anterior a los jugadores del Barça. Quizás Messi, Neymar, Suárez y compañía no tienen las mismas ganas de correr, de ganar y de competir que la temporada pasada.

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