Contenido durante todo el play off, como si administrara las fuerzas en previsión de una larga batalla, el Barcelona esperó a estar ante su público para soltarse la melena, exhibir la mejor versión de algunos de sus jugadores y firmar una victoria rotunda que le coloca a un paso de la Liga.

Cinco años de sequía liguera pueden concluir este jueves en el Palau, si el Tau no lo remedia y el Barça juega como lo hizo este martes, con una defensa que secó al equipo de Ivanovic y una paciencia ofensiva que dio sus frutos en el momento preciso, justo cuando Basile tomó el relevo de Andersen y se alió con Ilyasova para rematar al Tau.

La asociación formada por Andersen e Ilyasova había vuelto loco a Splitter que, desacertado en ataque, tampoco pudo contener en defensa a los pívots azulgrana, motor del Barça en el segundo cuarto, escenario del primer arreón azulgrana.

Muy agazapado durante todo el play off, el ala-pívot turco se contagió del espíritu de Andersen, el jugador más regular del equipo de Pascual, y buscó las cosquillas a los defensores que Ivanovic le asignó. Ninguno pudo con él y menos aún con el australiano, que se encargó de cerrar la media función como mejor sabe: rebote y canasta (40-33).

La eficiencia de Andersen e Ilyasova y la buena dirección de Sada no le sirvió, sin embargo, al Barça para sacar del partido al Tau cuyo acierto anotador (83% en tiros de dos, en el primer cuarto) se desplomó en diez minutos.

Anda justo de fuerzas el conjunto baskonista, pero administra el combustible de manera inteligente. Sólo así se explica que, muy poca cosa, resistiera el Tau al empuje azulgrana, que necesitó de un segundo arreón.

Lo dio en el tercer cuarto, cuando dos triples del incombustible Prigioni amenazaron el dominio azulgrana y estrecharon el partido (42-39) de manera ficticia. El achuchón baskonista sirvió de acicate para el equipo de Pascual que, con un parcial de 10-2, atrapó su máxima ventaja (60-49).

Las fuerzas azulgrana se desataron entonces de manera incontenible, con la mejor versión de Basile, que soltó de nuevo su muñeca, desde la línea de tres para conducir al Barça a un triunfo incontestable. El Palau, desatado, se entregó a la fiesta, con la esperanza de que este jueves (20.15) aún sea mayor.