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La Liga empieza el 22-M

Tras el empate del Real Madrid contra el Villarreal, el clásico de dentro de dos semanas en el Camp Nou adquiere más importancia de cara al título, ya que el Barça podría salir líder. Hasta entonces, el calendario de ambos es asequible y después se toparían con rivales como Sevilla o Valencia.

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Cristiano se lamenta durante el partido ante el Villarreal. REUTERS/Susana Vera

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MADRID.- El tropiezo del domingo contra el Villarreal en casa dejó al Madrid otra vez sin margen de error. No fue, sin embargo, algo inesperado. Se apagó el piloto automático con el que jugaba y ha perdido todos los destellos que hasta diciembre le hicieron ser el mejor equipo del mundo. Cristiano, Benzema y Bale apenas encuentran puerta y sólo viendo jugar a Isco pareciera que no ha pasado la Navidad. Puede que las bajas en el centro del campo y en la retaguardia, sobre todo la de Modric, hayan contribuido al retroceso del equipo. Pero eso es algo que habrá que comprobar cuando el croata regrese. El Villarreal sacó tajada de su visita al Bernabéu y ha dejado claro que los blancos tienen muchos problemas cuando juegan contra equipos competitivos.

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El Rayo este domingo (12.00 horas) en el Camp Nou y el Eibar la siguiente semana son los duelos que le restan al Barça antes de recibir al Madrid

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Se ha situado, gracias a todo ello, el Barça a sólo dos puntos del Madrid, dependiendo otra vez de sí mismo. El Rayo este domingo (12.00 horas) en el Camp Nou y el Eibar la siguiente semana son los duelos que le restan antes de recibir al Madrid. Pocos esperan que los culés no cuenten estos dos partidos por victoria. En el clásico donde los de Luis Enrique esperan dar el golpe y vencer para ser líderes otra vez después de muchas jornadas, mientras que rozan la final de Copa y los cuartos de la Champions.

En el Real Madrid, la igualada en casa ante el submarino amarillo se une a la dolorosa goleada sufrida en el Calderón

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La senda del Madrid, por el contrario, se ha complicado. La igualada en casa ante el submarino amarillo se une a la dolorosa goleada sufrida en el Calderón y a la aireada fiesta de cumpleaños de Cristiano Ronaldo. Viven los blancos bordeando la crisis (esa que, como el Guadiana, aparece y desaparece en cuestión de un par de goles) desde el fatídico 4-0.

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