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Basile pilota la nave azulgrana

El italiano lidera la victoria del Barça sobre el Pamesa

NOELIA ROMÁN

Envalentonado como si estuviera convencido de que, esta vez sí, el viento soplará sí o sí a su favor, el Barcelona ha decidido marcar el paso de esta liga. Suma el conjunto azulgrana tres victorias, tantas como partidos ha disputado, después de evidenciar ayer que el Pamesa no es tan fiero como lo pintaban. Solo cuando Basile, excelso con sus 21 puntos, y Lakovic no estuvieron en pista, pudieron los valencianos responder a la propuesta azulgrana, impecable en casi todos sus frentes.

Xavi Pascual parece haber encontrado las claves de una rotación que le permite hacer múltiples combinaciones, no todas igual de resolutivas pero sí lo suficientemente eficientes como para que la intensidad apenas descienda esté quien esté en cancha. En ese baile de piezas y con solo tres partidos como azulgrana a sus espaldas, Santiago ha adquirido un papel determinante.

La capacidad intimidatoria del pívot portorriqueño es un arma disuasoria que el técnico del Barça ha decidido utilizar de entrada, circunstancia que ayer dibujó un panorama inicial tan idílico como irreal para los azulgrana. Enredado Perovic en la telaraña de Santiago, cegados Williams y Douglas, el Barça se dejó llevar por la muñeca de Lakovic y Basile (17-7) y por un juego tan envolvente que tuvo al Pamesa paralizado durante diez minutos.

Fotis Katsikaris tuvo que tocar unos cuantos botones. Los posee el técnico del Pamesa que, sin embargo, desdeña a Claver. Se encomienda el griego a Williams y a Douglas, apuesta que ayer le funcionó en el segundo cuarto sólo a medias. Desde la línea de tres, revitalizó el escolta estadounidense al Pamesa que, pese a la escasa aportación ofensiva de Williams, se fue creciendo hasta conseguir atrapar al Barça (36-36).

Ni siquiera el estreno de Navarro, recuperado ya de una lesión que le había impedido iniciar el curso, reanimó a los azulgrana que, sin Santiago, perdieron referentes. Fran Vázquez e Ilyasova se fueron desinflando a medida que el Pamesa se crecía, Andersen reincidió en su nula aportación ofensiva y el Barça quedó a expensas de su perímetro, debilitado hasta que no volvió a contar con Basile y Lakovic.

El base esloveno y el escolta italiano compitieron por liderar el ataque azulgrana, con Santiago de nuevo en pista. De esa lucha salió beneficiado el Barça, que tardó un suspiro en recuperar el mando del marcador, alentado por la fantástica muñeca de Basile, incombustible hasta el final.

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