El Baskonia no da más de sí

Un estratosférico tapón de Mensah-Bonsu a Hermann, segundos antes de que el marcador ya no alterara sus guarismos, describió ayer lo que distancia al Baskonia delCSKA. Ante la gratitud de los vitorianos ante el esfuerzo, la constancia y los arranques raciales, el equipo moscovita impone su fría y calculada superioridad. Sólo eso. Un hábito impuesto por Messina, que se mantiene como dogma de fe sin el italiano en el banquillo.

Con esa pauta, el CSKA conquistó la Euroliga después de tres décadas de espera; con el mismo comportamiento, la vuelta a la Final Four queda a tan solo una victoria. Porque el Baskonia, por más que lo intente el recuperado Splitter, y su sempiterno socio Teletovic, no da para más ante la sobriedad de un quinteto que cambia de marcha cuando se acerca la lucha por los títulos.

Si hace 48 horas los vitorianos aguantaron seis minutos a la maquinaria rusa ayer plantaron cara durante 15 y se desmoronaron tras el descanso. Los cinco puntos de desventaja en el ecuador del partido hicieron pensar en un partido igualado, pero un tercer cuarto nefasto (24-1), fue la tumba de las aspiraciones vitorianas. Con sólo cuatro puntos anotados en siete minutos, los rusos encaminaron la segunda victoria cómoda de una serie en la que el Baskonia ha quedado marcado con la obligación constante del triunfo.