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La selección española de los 22 nacionalizados: "Sentimos el himno y nos entregamos en cuerpo y alma"

900 euros por un subcampeonato

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Los jugadores de la selección española de béisbol.

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MADRID.- Óscar Angulo cuenta treinta y dos años y, como muchos españoles, apenas es mileurista. Aun así tiene suerte porque no es lo habitual en su sector. Tiene una novia y una vida más o menos estable y, como llega muy justo a final de mes, de vez en cuando trata de buscar un trabajillo que le complemente el salario para vivir a medio camino entre Valencia y Barcelona, dos ciudades que no tienen un nivel de vida precisamente bajo.

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“Si no quieres tener nacionalizados y pretendes un equipo que te represente bien, hay que hablar con los responsables para que haya mejores instalaciones y materiales. La crítica no tiene que ser contra nosotros, sino contra quien tiene que apoyar el deporte”, denuncia Daniel Martínez. Tiene veintinueve años y desembarcó en Tenerife hace diez procedente de su Venezuela natal tras pasar por EEUU, donde jugó gracias a una beca.

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"Si no quieres tener nacionalizados y pretendes un equipo que te represente bien, hay que hablar con los responsables para que haya mejores instalaciones y materiales"

Desde 2009 se desempeña en el Sant Boi, pero su vínculo con nuestro país se remonta a hace mucho más tiempo, ya que sus abuelos y su madre son de la aldea gallega de Oural. Él creció al otro lado del charco viendo la televisión española y comiendo platos tan típicos de aquí como el pulpo o el cocido. Pasaba la mayoría de los veranos en Galicia visitando a la hermana que su abuela dejó y al resto de la familia. “Yo no me siento como un emigrante más, sino que vine a mi segunda casa”.

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"Si hubiéramos promocionado lo suficiente a los jugadores de aquí, no habría que llamar a nacionalizados"

“A ellos les enorgullece poder representarnos. Se sienten de aquí. Llevan tanto tiempo que, en verdad, no los consideramos extranjeros”, afirma Eric Segura, uno de los dos nacidos en nuestro país. Jorge Balboa, el otro integrante que vino al mundo en España, les da la razón: “Si hubiéramos promocionado lo suficiente a los jugadores de aquí, no habría que llamar a nacionalizados”.

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La Federación Española de béisbol tiene un presupuesto de 400.000 euros al año

El béisbol en España es uno de muchos deportes minoritarios. De esos que nunca aparecen al lado del fútbol o del baloncesto y para los que tampoco hay apenas lugar tras el tenis, el atletismo o el balonmano. Cuenta con unas 6.000 licencias, mientras que en Alemania, Francia u Holanda superan ampliamente las 20.000. La Federación tiene un presupuesto de 400.000 euros desde que al estallar la crisis se comenzaran a reducir las subvenciones para la gran mayoría de disciplinas. En su caso, el descenso ha sido del 60%. Del otro lado, en los países punteros europeos como Holanda o Italia, la cantidad que reciben anualmente gira en torno a los cuatro millones. “Nosotros, por tanto, tenemos que llevar a cabo otra política”, explica Juan Carlos Cerdà, director técnico de la Federación.

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Un momento de la final del Europeo de béisbol entre España y Holanda.

900 euros por un subcampeonato

Los subcampeones de Europa de béisbol han cobrado 900 euros por cabeza por tamaño éxito

La presencia de jugadores no nacidos en el país al que representan es una tónica habitual en Europa desde hace más de una década. Lo hacen combinados como Holanda o Reino Unido. “Nosotros no hemos nacionalizado a nadie por carta de naturaleza, como ha ocurrido con otros deportes en este país. Sobre todo porque no tenemos ni medios para hacerlo; no hemos hecho triquiñuelas de ningún tipo”, defiende Cerdà. Efectivamente, los medios son más bien escasos. A los 400.000 euros se suma una cantidad aún más significativa: los subcampeones de Europa de béisbol han cobrado 900 euros por cabeza por tamaño éxito. De haber alzado el título, sólo logrado en 1955, el caché hubiera ascendido a 1.140. Además, cada jugador ha recibido 60 euros por jornada por la veintena de días que han permanecido concentrados y disputando el torneo. Para ello, la mayoría ha tenido que dejar el trabajo en el que se emplean habitualmente, de manera que han perdido dinero por representar a España en el campeonato que ha tenido a Holanda como sede.

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"Mis abuelos emigraron porque en España comían pan y agua y buscaban una mejor vida en Venezuela. Discutir quién es más español está de más en el siglo XXI"

De los veinticuatro que componen la selección, sólo cuatro no residen o no han residido en nuestro país, pero sí tienen vínculos: Engel Beltre, de origen dominicano y cuyo padre reside en Terrassa desde hace tiempo, tiene el pasaporte desde 2012; Luis Guillorme vive en EEUU desde los doce años pero nació en Venezuela y sus abuelos son españoles; los padres de Daniel Álvarez son tinerfeños que emigraron a Venezuela; y el dominicano Jesús Martínez está casado con una española.

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