El Benfica consiguió clasificarse para la final de la Europa League tras aguantar la ventaja que consiguió en Lisboa (2-1) después de empatar sin goles ante la Juventus de Turín, cuyo estadio acogerá el duelo ante el Sevilla que defina el título el próximo 14 de mayo.

El conjunto portugués jugará su tercera final de la temporada después de acceder a las de la Copa Portuguesa y la Copa de la Liga, y dispondrá de una nueva oportunidad de romper la maldición de Béla Guttmann, el húngaro que aseguró en 1962 que las 'Águilas' no ganarían ninguna final europea sin él.

Desde entonces, ya van siete derrotas, cinco en Liga de Campeones y dos en Europa League, la última de ellas el curso pasado en Ámsterdam ante el Chelsea, el precedente más cercano para un Benfica que sufrió para mantener la ventaja conseguida en Da Luz.

Este jueves, en la capital del Piamonte, el combinado de Jorge Jesus --que ya es campeón de la Liga portuguesa--, pudo mantener la exigua renta aunque jugase con uno menos por la expulsión de Enzo Pérez a 20 minutos del final. Tévez lo intentó de todas las maneras y Llorente, sustituido en la segunda mitad, a punto estuvo de batir a Oblak de cabeza.

Un testarazo del ex del Athletic, a 25 minutos del final, fue despejado por un zaguero del Benfica, protestado por la 'Vecchia Signora', que pidió penalti por manos. Sin embargo, el marcador no se movió y el conjunto luso mantuvo su imbatibilidad (seis victorias y un empate, marcando siempre fuera) en esta Europa League.

De hecho, los mejores momentos de la Juventus se contestaron con alguna contra de Rodrigo, que estuvo cerca de sentenciar el pase antes de tiempo. Pero el acoso juventino no tumbó a las 'Águilas', quienes perderán en la final -además de Pérez- al 'Toto' Salvio, por amonestación.