Este artículo se publicó hace 13 años.
Bielsa, el fútbol alrededor del escudo
Según Guardiola, el argentino "es el técnico perfecto para el Athletic".
A los 33 años, ya era entrenador en Newell's Old Boys. Antes, fue un aplicado defensa en el que se advertían azotes de locura. Un adjetivo que, en vez de castigar, prestigia a Marcelo Bielsa (Rosario, 1955), el hombre que en el último mes hizo un estudio minucioso del Athletic. Se solidarizó con sus opciones "verifiqué que la mayoría de las posiciones tiene más de una alternativa" y le gustó "la composición de sus edades". Pero, sobre todo, significa un viaje distinto que Josu Urrutia, el nuevo presidente del Athletic, juzga como una declaración de amor. "Se casa un gran club con un gran entrenador". Urrutia, que fue un inteligente mediocentro en un Athletic muy técnico (Guerrero, Etxeberria, Javi González), entendió que Bielsa era su hombre desde que le escuchó decir: "Quienes ejecutamos esta profesión no podemos permitir que se gane de cualquier manera".
No fue un eslogan. Fue un sentimiento que ubicará en Bilbao a un hombre que no concederá entrevistas privadas. Sus ruedas de prensa, sin embargo, a veces han superado las dos horas de duración. Allí, Bielsa se siente a gusto removiendo su pasado en el que entendió el poder del líder a partir de Gerardo Martino, hoy entrenador y entonces compañero de Bielsa en la plantilla de Newell's: "Cuando él contaba un chiste en el vestuario, todos nos reíamos; cuando yo me iba a casa y lo contaba, nadie se reía, y eso que jugaba de local". A menudo promete que su locura es relativa. "Todo lo que pueda decir lo leí en algún lado". Y lo que le caracteriza siempre es una obsesión infinita por el fútbol que provocó que Guardiola lo definiese como "el entrenador perfecto para el Athletic".
"Se casa un gran club con un gran entrenador", asegura Urrutia
El valor de la moderaciónBielsa estará mañana en Bilbao, donde ya se sabe que es un personaje. El arquitecto del caos. "Jugar muy bien implica no cometer errores importantes". Siendo entrenador de Newell's, concentró al equipo en una base militar y advirtió de que "sólo había un teléfono para casos extremos". Como seleccionador de Argentina, se desplazó al Mundial de Corea 2002 con un lote de 7.000 vídeos. Bielsa ha pasado los últimos años en Chile, donde cambió su manera de ser. "Aprendí el valor de la moderación. Soy argentino y los argentinos somos exaltados, nos guían el impulso y la emoción". Todo eso se delata en una obra escrita por el periodista argentino Federico Tadeo, Las razones del loco: claves para entender a Marcelo Bielsa. Allí, el técnico se hace preguntas muy gruesas. "Generalmente, trabajamos más para enojar a quienes nos atacan que para alegrar a quienes nos apoyan". Por eso trata de no olvidar nunca la vocación. De lo contrario, tal vez hubiese sido ministro, como su hermano: "He aprendido que el fútbol puede prescindir de todo: va a seguir viviendo sin entrenadores, sin dirigentes, sin futbolistas, sin espectadores. Pero no puede seguir viviendo sin escudo. Porque el escudo es el que emociona".
Bilbao es eso: un club con un corazón único. Una tierra que ha aceptado a entrenadores de todas las latitudes, como al inglés Kendall o al francés Luis Fernández, y que todavía se acuerda de la amabilidad con la que jugaba el equipo en la época del alemán Heynckes. Y nunca más ha vuelto a pasar. Por eso ahora la hinchada sueña con Bielsa, un entrenador universal que en invierno cantará bajo la lluvia: "We are the Athletic".
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