Este artículo se publicó hace 13 años.
Bronca a los campeones
La plantilla celebró el título en el avión y en un local antes de la rua de hoy
"Por favor, ya sé de la alegría de todos nosotros, pero intentad contenerla un poquito". El tono del comandante del vuelo que llevó a los flamantes campeones de Valencia a Barcelona no traslucía atisbo de alegría. Su reprimenda respondía a que, en plena fiesta de los jugadores delBarça, se encendió un piloto en el panel de control: "Nos sale una indicación de que una de las puertas de emergencia ha sido manipulada", dijo, sin ocultar su enfado.
Fueron los golpes de los jugadores a las paredes del aparato lo que provocó la alarma. Acompañaban de este modo los cánticos que encabezó una barra brava compuesta por Messi y Mascherano, que tuvieron en Piqué, Pinto y Busquets a sus principales rivales como conductores de la jarana por el alirón.
Los esfuerzos del piloto fueron inútiles. Guardiola había pedido a su plantilla que celebrara "mucho" la Liga y, obedientes como siempre, los cánticos y bailes se sucedieron desde el Ciutat de València a la jardinera del aeropuerto del Prat. Los futbolistas habían empezado la fiesta instantes antes del silbido del árbitro e inmediatamente después, hubo duchas de champán sobre un césped donde bailaron su ya tradicional sardana de la victoria.
Las escenas de alegría fueron constantes y dieron incluso para fotos como las que se hicieron Iniesta y Valdés con los cinco dedos extendidos. Aunque ese fue el gesto más representativo de la aplastante victoria por 5-0 sobre el Madrid en diciembre, los dos canteranos y capitanes tenían motivos para llevarlo a cabo: la de ayer era, para ambos, su quinta Liga.
Al llegar al aeropuerto, se produjo un nuevo pico de euforia colectiva y la jardinera de los jugadores, ante los flashes de los fotógrafos y las cámaras de televisión, comenzó a temblar ostensiblemente por los saltos de un equipo que suma ya nueve títulos en tres años.
Colisión en el aparcamientoUn centenar de entusiastas les esperaba a su llegada al Camp Nou, donde los jugadores tomaron sus vehículos para desplazarse a la discoteca donde había de seguir la fiesta en la intimidad. En el aparcamiento del estadio azulgrana tuvo lugar otro de los grandes hits de la noche, cuando el coche de Piqué, de forma aparentemente voluntaria, impactó contra el de Messi. El dos veces Balón de Oro ni siquiera pudo reír la broma con su compañero, ya que el central abandonó el lugar de los hechos a toda velocidad. Piqué, por cierto, dejó la expedición nocturna de los campeones en ese momento y se marchó por su cuenta.
Sus compañeros se habían citado en la sala Bikini, antiguo lugar de dispersión de Ronaldinho y Deco, donde la fiesta siguió hasta bien entrada la madrugada. A juzgar por las caras de los futbolistas en el entrenamiento de ayer, la noche fue intensa. Pinto apareció en la ciudad deportiva en taxi y su rostro, durante los primeros rondos de la sesión, era un poema.
Para anoche estaba prevista una segunda celebración con una cena a la que estaban invitados los familiares de los campeones y que, previsiblemente, se esperaba más tranquila. Los futbolistas saben que hoy recibirán un baño de masas por las calles de Barcelona, por donde trascurrirá una rúa que acabará en el Camp Nou. Será otra buena ocasión para demostrar que a los jugadores azulgrana les gusta tanto ganar como celebrarlo.
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