Este artículo se publicó hace 14 años.
Capello estrena el 'football-calcio'
Fiel a sus métodos castrenses, Fabio ha dualizado a Inglaterra: cuerpo anglosajón-mente italiana.
Es un ganador y nos transmite esa mentalidad ganadora". Gerrard, el capitán inglés, defiende a Fabio Capello. Un italiano. Un técnico con una cultura que se mira de reojo desde Inglaterra. Ya no es un atentado contra la historia que los Pross tengan un técnico extranjero, Eriksson, fue el primero, pero la figura del italiano despierta recelos. Él es uno de los doce seleccionadores que no tienen el pasaporte del país al que entrenan.
A Capello le contrataron para ganar y en eso no suele defraudar. Desde hoy será enjuiciado bajo una tremenda presión porque el rival de turno es Estados Unidos. Con un simple empate de los inventores del fútbol ante los recién llegados yanquis los tabloides británicos arderían. Capello no ha cambiado sus métodos castrenses. Le sigue molestando que sus jugadores hablen o gasten bromas durante los entrenamientos.
Tampoco le gustan las piernas blandas. "No estoy contento por los últimos partidos disputados", incide. "No hemos tenido el espíritu combativo que busco. Entiendo que los jugadores han visto lesiones a pocos días del Mundial y por eso entren flojo al balón, pero el espíritu debe cambiar. Creo que ya lo están haciendo, en los últimos entrenamientos sí he visto la intensidad que quiero".
Desde que se hizo cargo de la selección inglesa ha tratado de transformar al grupo en un cuerpo de choque a la inglesa con la disciplina de su pizarra, salida de Covercciano, la prestigiosa escuela de entrenadores italiana. Ganó todos los partidos de la fase de clasificación con su football-calcio. El mismo espíritu al que ayer volvió apelar como partitura del próximo mes. "Quiero ver el espíritu inglés que vimos durante la clasificación para el Mundial y también queremos ver un equipo verdaderamente competitivo en el campo".
La ida y vuelta de Gerrard y Lampard, la potencia de Rooney aprovechada para dar dentelladas a la contra y la corpulencia de Heskey. Este es el mayor símbolo de conservación de la identidad inglesa, es la referencia para el juego directo. También se ha empeñado Capello en enseñar a competir a sus jugadores desde la mentalidad italiana. Les ha aconsejado que no caigan en las provocaciones, que si acaso, provoquen ellos antes. "Ya tenemos experiencia de perder a jugadores importantes en partidos decisivos de otros Mundiales", advierte Gerrard, en referencia a las expulsiones de Beckham en Corea y Japón 2002 y de Rooney en Alemania 2006.
Capello se siente sospechoso ante una prensa a la que no ha dado grandes escándalos como alguno de sus antecesores y que no para de recordarle que gana seis millones de euros. Lo mismo les sucede a los otros 11 seleccionadores extranjeros. Al sueco Lagerback le están esperando en Nigeria después de hacer una primera criba sin haber visto a muchos de los jugadores descartados. En Suecia tenía fama de ser metódico y disciplinado. Por eso Nigeria se tiró a por él, para domar talento y fortaleza física. Lo mismo sucede en Camerún con Le Guen; con Eriksson en Costa de Marfil, o al serbio Rajevac en Ghana. África busca en los banquillos europeos orden para su anarquía.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.