Este artículo se publicó hace 14 años.
Casillas echa el guante a Raúl
El capitán de la selección iguala, a sus 28 años, los 102 partidos con España del 7 del Real Madrid
Un Ferrari iguala a otro Ferrari, que diría Fernando Hierro, autor de ese peculiar bautizo a Raúl cuando este devoraba récords con la selección española allá por el año 2003. Hoy, en el estadio Saint-Denis de París, el mismo escenario del que salió catapultado hacia su debut con la selección el 3 de junio de 2000 en un amistoso ante Suecia (1-1), Casillas iguala a Raúl con 102 internacionalidades.
Dos semanas antes de aquel estreno, nada más terminar la final de aquella Copa de Europa ante el Valencia en París y borracho de gloria, Casillas insinuaba que Camacho le convocaría para la Eurocopa 2000. "Iker se adaptó rápido al grupo, posiblemente por la presencia de Morientes, Raúl y yo, que éramos compañeros suyos en el Madrid", recuerda Hierro, actual director deportivo de la Federación. "Pero lo increíble, como en el caso de Raúl, es la juventud con la que ambos llegaron a batir récords. Es extraordinario que Iker, con 28 años y siendo portero haya alcanzado las 102 internacionalidades", prosigue admirado Hierro.
"Es increíble que Iker alcance esa cifra con esa edad"
"Camacho le dio un premio muy gordo. Vio lo que sería. Se lo llevó a esa Eurocopa en vez de a Toni. Se fijaba mucho en lo que hacíamos Molina y yo. Los porteros de ahora no tienen esa capacidad de sacrificio, aunque no es el caso de Iker", afirma Cañizares. "Era joven y venía de hacer una gran temporada, acababa de ganar la Copa de Europa. Trabajaba bien, pero no se hacía notar mucho. El capitán era Hierro, aunque Raúl ya empezaba a formar parte del grupo fuerte del vestuario junto a Guardiola", cuenta Molina. "Me sorprendió su rapidez y su agilidad", apunta Nadal.
Aquel chico que no se separaba de Gerard en su primera concentración, que no se despegaba de la televisión ni de la videoconsola, que le hacía gracia que le llamaran Marco Polo porque saltaba de selección y de país en país, es hoy el capitán de España en sustitución de Raúl. "Casi no me acuerdo de la primera vez que vino con la absoluta, pero llevaba desde muy niño viniendo a las distintas selecciones, así que le acogimos con normalidad", rememora Miguel Gutiérrez, fisioterapeuta de la selección. "Como capitán es cariñoso. Es exigente consigo mismo e igual que Raúl no es muy maniático", añade.
Raúl disputó su último partido internacional el 6 de septiembre de 2006 en Belfast ante Irlanda (3-2). Después de aquella derrota, Luis Aragonés decidió postergarle. La decisión se barruntaba desde el Mundial 2006. Sobre Raúl recaían acusaciones veladas, muchas salidas de sus propios compañeros, de que había creado mal ambiente. Ahora, Casillas luce el brazalete y dirige al vestuario. "En la selección siempre ha habido buen ambiente", desmiente Cañizares.
"Cuando llegó a la selección, no se hacía notar mucho", cuenta Molina
Sin embargo, de los elogios al día a día al grupo que se proclamó campeón de Europa emerge la comparación entre un mandato y otro. "La capitanía ha cambiado, antes había más responsabilidades. En la época de Raúl había mucha responsabilidad de cara a los medios, no es que fuera unipersonal su capitanía, pero todo recaía sobre el capitán, desde las primas hasta asuntos personales. El que no se implicó con Raúl fue porque no quiso, porque delegaba en él, no es que no le dejara participar. Ahora no tienen tanta responsabilidad y se pueden dedicar sólo al fútbol", argumenta Cañizares.
"Después de la salida de Raúl se dio un cambio generacional, pero todo fue con mucha naturalidad", comenta un empleado de la Ciudad del Fútbol. "Como capitán, Iker es muy dialogante, se le informa de todo porque él pregunta sobre todo. Cada uno es de una forma, a Iker se le nota que tiene una relación muy especial con Xavi porque se conocen de las selecciones inferiores. Comparten decisiones con Puyol o con Villa, que son otros de los jugadores con peso. Raúl era más serio como capitán que Iker. Interiorizaba más la presión y se le veía en la mirada. Casillas es más relajado, aunque eso no quiere decir que no se sienta igual de responsable. De trato, ambos son muy correctos", añade la misma fuente federativa.
Antonio Limones, responsable de los viajes de la selección, también ha conocido la llegada y el ascenso de Raúl y Casillas al escalafón más alto de la selección: "A Raúl aún le recuerdo por los pasillos del hotel Diplomatic de Praga poco antes de debutar con Clemente en un partido con Chequia en 1996. Era muy vivo, te preguntaba constantemente. Luego, te das cuenta del salto que da cuando empiezas a verle en las reuniones y en las tomas de decisiones. Tengo que decir tanto de él como de Iker que no tengo ninguna queja. Se preocupan por todo en los viajes, pero también confían en lo que hacemos porque llevamos mucho tiempo trabajando con ellos".
Amieiro, actual preparador de porteros de las selecciones femeninas, fue el hombre que pulió las virtudes de Casillas en el Madrid: "Técnicamente se ha consolidado por la experiencia. Con 17 años era un talento puro por pulir. Ahora ha madurado bajo los palos y fuera de ellos, es un ejemplo como capitán para los demás". "Más allá del brazalete hay un punto de inflexión en su carrera que le marca a la hora de empezar a ser un futbolista respetado por rivales y compañeros que fue la final de la Copa de Europa de 2002, cuando saliendo del banquillo hizo aquellas paradas", prosigue Amieiro. "Yo viví su salto a la titularidad en la selección en el Mundial de Corea porque me lesioné en la concentración. Lo asumió con naturalidad. Venía muy seguro tras la Copa de Europa", asegura Cañizares.
"El Casillas que yo conocí en el Madrid era aún un chaval. La última vez que le vi fue en una cena y le noté más maduro, consciente de sus responsabilidades como capitán. Tiene un punto en común con Raúl, la seriedad con la que enfocan los problemas", concluye Sanchís.
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