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Centrales de moda

El liderato del grupo se decide esta tarde en Ginebra. Pepe es el capo de la defensa portuguesa y Ujfalusi, el de la República Checa

LADISLAO JAVIER MOÑINO

“Me sentí con confianza para ir arriba. Estaban muy cerrados y salió la pared”. En apenas tres partidos con la selección portuguesa, Pepe ha logrado instalarse en el grupo de jerarquía del vestuario portugués. “Se ha adaptado muy bien en muy poco tiempo. Es fácil jugar con él al lado porque está muy atento al juego. Él conocía mejor a Nihat, y nos sirvió para contenerle y coordinar nuestros movimientos”, contaba Ricardo Carvalho en la zona mixta del estadio de Ginebra.

Del partido con Portugal, salió Pepe muy revalorizado dentro y fuera del vestuario portugués. De alguna manera, le dio la razón a Scolari cuando éste le llamó para que adoptara la nacionalidad portuguesa. Le dijo lo mismo que en su día le transfirió a Deco: “Puedes ser uno más con Brasil o consagrarte como una estrella con Portugal”.

Aceptada la propuesta de Scolari, Pepe no tuvo que superar los obstáculos de Deco, al que Figo no quería por su condición de nacionalizado. Tampoco tardó demasiado en aprenderse el himno nacional portugués para acelerar su integración a ojos de la calle. Scolari le levantó por partida doble a Brasil dos jugadores de una pieza. Primero, fue Deco y luego, Pepe, que estaba ya casi jurando bandera cuando el seleccionador brasileño Dunga quiso reaccionar.

“Te da mucha seguridad saber que le tienes detrás. Controla bien los contragolpes del rival porque juega a anticiparse”, dice Petit. Elegido mejor jugador del partido ante Turquía, se llevó los focos que un principio apuntaban a  Cristiano Ronaldo.“Se ha adaptado muy bien al grupo, que es lo fundamental para luego rendir. Además, nos da mucha rapidez atrás, que para nosotros es muy importante porque somos un equipo ofensivo”, comenta el capitán Nuno Gomes.En el grupo A que abrió el campeonato, se dio la rebelión de los centrales. Lo que en un principio no habla en exceso bien del fútbol desplegado por los cuatro selecciones.

Del Suiza-República Checa, Ujfalusi y sus compañeros de zaga salieron reforzados. El central checo militará la temporada que viene en el Atlético de Madrid. Hoy, tendrá una prueba de fuego porque deberá estar muy pendiente de las acometidas de Cristiano Ronaldo por el centro. Esas apariciones por sorpresa de las que saca ventaja para conectar su potente y mejorado remate de cabeza. Pepe, por su parte, se medirá al gigantón Köller. Otro peldaño para conformarse como uno de los mejores centrales de Europa.

 

Hace cuatro años, en la Eurocopa de Portugal, la República Checa fue una de las sensaciones del torneo. Sólo la gran protagonista y, a la postre campeona, Grecia, apartó a los centroeuropeos de acceder a una final donde esperaba el rival de esta tarde, Portugal. En la cita lusa de 2004, los checos ganaron sus tres partidos de la fase de grupos frente a Letonia (2-1), Holanda (3-2) y Alemania (2-1). Bajo los focos de su gran estrella, el entonces delantero del Liverpool Milan Baros, rompieron todos los pronósticos del grupo D. Sus nueve puntos les colocaron primeros, con cinco de ventaja sobre Holanda y a años luz del poderoso equipo alemán, eliminado a la primera. En cuartos, golearon a Dinamarca (3-0) y en la semifinal, fueron incapaces de tirar el muro griego. Las acometidas de Baros y Koller se estrellaron una y otra vez con la defensa helena.

El partido acabó como empezó (0-0). A Chequia, le sucedió lo que a casi todos los equipos en aquel torneo: tropezó mil veces ante la portería del gran Nikopalidis. En la prórroga, concretamente en el minuto 105, Charisteas, el oportunísimo delantero griego, hizo el gol de oro que terminó con el sueño checo.  oy, es diferente. La sensación es que Chequia no tiene el nivel de entonces, lo contrario de Portugal. No está parte de la vieja guardia (Figo, Maniche, Costinha...), pero hay relevo y vida, una vida que apunta.

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