Este artículo se publicó hace 14 años.
El ciclo de los siete años
El Power Electronics Valencia ganó el domingo la Eurocup de baloncesto
El ciclo ha necesitado siete años para acabar en el mismo punto de inicio. "Esta plantilla y la mía tienen muchos puntos comunes", reflexiona Víctor Luengo. En 2003, ejercía de Claver. El canterano que llegaba a ser capitán, la voz profunda del vestuario, los brazos que levantaban la ULEB antigua Eurocup, la implicación absoluta con el club. "Ahora se repiten casualidades y situaciones", reitera Luengo a este diario. Un vestuario sin grietas de convivencia, sin egoísmo de minutos, sin temor a contratos a la baja, con humildad ante el futuro.
"La Euroliga es para disfrutarla", incita Luengo. "Te enfrentas a los equipos más potentes, a clubes, como son los griegos o el CSKA de Moscú, que se gastan muchos millones para ganar la Euroliga, porque es el único aliciente de su temporada con el dominio que tienen en sus respectivos campeonatos".
Entre sus recuerdos se amontonan las casualidades que descubren algunos títulos taronjas. Días que recuerdan al pasado domingo. "Cuando ganamos la Copa del Rey en el 98, el Valencia también jugaba esa jornada en el Bernabéu", subraya Luengo. Días que anticipan éxitos de otros colores. Como la secuencia de coincidencias que desencadenó la victoria ante el Novo Mesto en la ULEB. Semanas después del primer título europeo valenciano, el Barcelona conseguía la Euroliga, tras una sequía de 19 años, en el Sant Jordi, enfrentándose en semifinales al CSKA de Moscú, por entonces dirigido por Ivkovic, y siendo el único referente español en aquella Final Four. Circunstancias, estas dos últimas, que volverán a escenificarse en apenas tres fines de semana en el París-Bercy. "Será una bonita casualidad porque estoy seguro de que el Barça va a ganar la Euroliga", asevera Luengo.
De aquella final en 2003, únicamente sigue en activo Neven Spahija, por entonces técnico del Novo Mesto. Con él se ha vuelto a la riqueza técnica tras un verano en el que jugadores contratados (Greer y Petravicius) huían por la falta de dinero y el vacío de poder, tras la marcha de Manuel Llorente. Diez meses que ayer resumía Claver entre la resaca. "El año que parecía que iba a ser el peor ha resultado el mejor".
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