Este artículo se publicó hace 13 años.
"Está claro, estamos bajo sospecha"
Juanjo Cobo. Ganador de la Vuelta. No pensaba que terminaría de rojo en Madrid. Venía de una depresión y una trayectoria de altibajos
Corren el vino y la cerveza mientras el equipo le corea a Mauro Gianetti,el mánager del Geox, que enseñe el contrato con las primas por los objetivos cumplidos. El patrocinador ya ha decidido regalar a sus corredores las bicicletas (valoradas en unos 10.000 euros cada una) con las que han competido. En medio del comedor, la mesa del imprevisible Cobo, que juguetea entre sus manos con un simulacro de cuernos de bisonte. Ha ganado la Vuelta, pero de infantil era capaz de bajarse de la bicicleta a cien metros de la meta y bordearla cuando iba a ganar en solitario porque ese día quería ir a la playa en vez de competir. También de batir con frecuencia a Contador cuando eran juveniles o de bajarse de la bici a mitad de una contrarreloj. Los que le conocen no aciertan a descifrar esos arranques de genio y de extravagancia. Como mucho dicen: "Cuando los cables le hacen masa...". En esta Vuelta ha salido la vertiente ganadora de Cobo, la misma que le dio triunfos de prestigio entre 2007 y 2009. Aunque en 2010no rindió en el Caisse d'Epargne, le extraña que se le considere un semidesconocido, pero no que se le hagan un par de preguntas incómodas sobre dopaje.
¿Entendería que para los aficionados fuera otra gran decepción que usted diera positivo en un futuro?
Sí, empezando por la gente que ha venido a verme correr. Sería una decepción, porque les estaría engañando y a muchos los conozco. Está claro que estamos bajo sospecha porque ha habido muchos casos de dopaje en el ciclismo. Todo el mundo tiene la opción de pensar lo que quiera sobre el dopaje, pero ahora mismo somos el deporte más controlado y el tanto por ciento de controles y positivos no es tan alto como en otros deportes. Los casos de dopaje en el ciclismo dan para una página y los de fútbol para un breve si es que sale. En el ciclismo hay dopaje porque los positivos están ahí, pero la UCI está luchando mucho para evitarlo, cada vez hay más controles, se examinan más sustancias y el ciclismo es cada vez más limpio.
¿Entiende que al aficionado se le caiga un mito cada vez que hay un positivo?
Si una persona en la que crees por entrenamiento, esfuerzo y clase, luego hace trampas, el aficionado tiene derecho a decepcionarse.
"De crío disfrutaba; ahora tengo presión: me pagan por hacer unos resultados"
Explique la frase "el ciclismo no es mi pasión".
Es lo que he practicado toda mi vida. El ciclismo me gusta y disfruto; el problema es cuando se vuelve una obligación. Ya se ve de otra manera.
¿Es el paso de la bicicleta del niño a la bicicleta del profesional?
Sí. Cuando era un crío de 8 años, disfrutaba; si quería iba a las carreras y el día que no me apetecía pues no iba. Hacía otrosdeportes. Ahora tengo la presión de hacer unos resultados por los que me pagan. Por eso digo que no es mi pasión, pero realmente es lo que he hecho toda mi vida y es lo que me gusta.
Freire dice lo mismo.
Una vez que te pagan por esos objetivos, sientes esa presión. Por eso no lo ves como cuando eras un crío y disfrutabas de la bici y con tus ídolos.
A esta Vuelta llegó pidiendo permiso a su director para ganar una etapa.
Tengo confianza con Matxin. Después de la Vuelta a Burgos, venía en una gran condición, pero sabía que tenía dos líderes como Sastre y Menchov. Y le dije que a ver si podía ganar una etapa como en 2009 y quedar bien en la general. Nunca me plantee ganar la Vuelta, ni siquiera el podio.
"Los casos de dopaje en el ciclismo dan para una página; los de fútbol, un breve"
¿En el l'Angliru atacó a siete kilómetros de meta porque antes, en El Cordal , nadie se atrevió a seguirle en un arranque de fogueo?
Realmente de salida ya me di cuenta de que podía ser mi día. Hablé con De la Fuente y le dije: "Hoy voy muy, muy bien". El día antes, en La Farrapona, arranqué porque había que arrancar; igual mi condición no era la mejor, pero había que restarle segundos al líder. En el l'Angliru fue mi mejor día, por eso me decidí a atacar tan pronto. La idea era hacerlo tras la primera rampa dura, pero lo hice en la misma rampa, me sentía muy bien. En El Cordal ya me vi muy suelto y por eso me la jugué.
¿Qué se le pasaba por la cabeza en el tramo de La Cueña les Cabres al 23%?
Fue impresionante por la gente que había, por disputar una etapa que sólo habían ganado cuatro corredores y encima poniéndome de líder. Me daba igual si eran porcentajes del 22 o del 25. Sólo pensaba en regular y llegar a meta.
¿Llegó a meter la corona de 32 piñones?
Sí, si no, esa cadencia en la vida... No conocía el puerto y lo quise conocer ese día por desarrollos. Por eso monté el 34 x 32.
¿En Peña Cabarga que le hizo remontar cuando parecía que Froome podía quitarle el liderato?
Ni maillot de líder, como se dice, ni nada. Fue la gente, mis paisanos. Cuando me tuve que sentar porque no podía seguir a Froome me vinieron muchas cosas a la cabeza y yo soy de comérmela mucho. Fue un momento muy díficil, pero pude dar el 110% de mí gracias a la gente.
¿Cómo salió de la depresión que casi le hace abandonar el ciclismo en mayo?
Tuve una charla con Matxin antes de correr en Eslovenia y Luxemburgo, le comenté que no me estaba entrenando y que no quería saber nada de la bici. Me dijo que acabara el contrato, que corriera sin presión y que disfrutase. Empecé a entrenarme y después de la Vuelta a Burgos me reencontré. Ahí me di cuenta que quizá podía estar entre los 15 primeros de la Vuelta.
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