Este artículo se publicó hace 15 años.
Un club de inmigrantes acusa a los Mossos y a la Federación Catalana de fútbol de "inacción" ante agresiones racistas
Un equipo formado por 'Boixos Nois' agrede a otro formado por inmigrantes durante un partido de la Tercera División Territorial de Catalunya
OTR/PRESS
Un club de fútbol de Barcelona integrado totalmente por inmigrantes culpó este lunes a los Mossos d'Esquadra de "inacción" y a la Federación Catalana (FCF) de "pasividad y complicidad" ante las agresiones de carácter "racista" por parte de otro equipo de la ciudad durante un partido que terminó con cinco personas heridas y otras cinco denunciadas por lesiones.
El pasado sábado se jugaba el partido del grupo 17 de la Tercera División Regional entre el Bada Bing y el Club Atlético Rosario Central de Catalunya (CARCC) en el campo municipal de Sant Martí, en el barrio de la Verneda. En un comunicado, el CARCC explicó que había pedido la presencia policial a la FCF porque el Bada Bing tenía antecedentes de partidos anulados por agresiones. El CARCC asegura que muchos jugadores del Bada Bing son miembros de la peña radical ilegalizada del FC Barcelona 'Boixos Nois' y que habían pertenecido al club Lope de Vega, que fue expulsado de la FCF en 2006 por hechos similares.
Insultos y amenazasSin embargo, aunque la FCF asegura que pidió a los Mossos su presencia, fuentes policiales explicaron que el único aviso que tenían por este equipo era para el día 21, cuando está previsto que jueguen contra el Montsant de la Peira. De este modo los Mossos no acudieron al partido, que finalmente fue suspendido por el árbitro tras la expulsión de un jugador del Bada Bing, ya que los jugadores y aficionados de este club empezaron a proferir insultos racistas, amenazas de muerte y golpes a los jugadores y aficionados del Rosario Central, que cuenta con miembros de siete nacionalidades distintas.
La policía autonómica no llegó al campo hasta unos 20 minutos después de que se recibieron tres llamadas denunciando las agresiones, por lo que se decidió mandar unidades de orden público (ARRO) de los Mossos d'Esquadra, que tardaron unos ocho minutos en llegar al campo. Cuando llegaron, tres patrullas de la Urbana ya habían identificado a todos los implicados y denunciado a cinco agresores. También se trasladó a cinco heridos a centros médicos.
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