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Corona deja helado el Madrigal

El Almería, que no conoce la derrota con Lillo, reaccionó al gol de Nilmar

SALVA TORRES

Sin un delantero nato, el Almería cifró todo su juego en la presión. Los rojiblancos corrieron espoleados por el intenso frío y la táctica dispuesta por Juanma Lillo. Y al Villarreal le costó deshacerse de tan pegajoso seguimiento. Tanto es así que apenas crearon ocasiones. Sin embargo Cazorla, ya cerca del descanso, caracoleó por su hábitat, la banda izquierda, para inventarse un centro excelente con su derecha que Nilmar acertó a cabecear para calentar las vacías gradas. Gol y adiós momentáneo a la caspa de un partido que apenas lo despertó el empate andaluz.

El Almería siguió a lo suyo, apretando y dejando patente las dificultades del Villarreal para zafarse de rivales pegajosos. Y tanto apretó que logró de penalti empatar. El encuentro se espesó aún más a la espera de que alguien quisiera reinventarlo. Todo quedaba en manos de una filigrana o una acción esporádica que rompiera el hielo, pero que nunca llegó. Los amarillos los intentaron a la desesperada, pero no hubo manera. El Almería, por contra, que no conoce la derrota con Lillo, rozó la victoria con un tiro raso de Bernardello que vio de cerca el poste.

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