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CR7 formas de golear

Cristiano. Con los 40 goles logrados, el delantero portugués ha entrado en la historia tras superar a Zarra y a Hugo Sánchez

LADISLAO JAVIER MOÑINO

De los 40 goles que Cristiano ha logrado en Liga, 25 de ellos a un toque, no se desprende la sutileza de esos delanteros que definen el gol como un pase a la red. Cristiano se ha revelado como otro tipo de definidor. Ha sido un golpeador de balón contundente, de pocos toques, casi siempre a la carrera, con los músculos tensos componiéndole cara de velocidad. La mayor parte de sus goles, repartidos entre 18 partidos, han sido ejercicios pragmáticos de alta precisión, ejecutados con la rapidez de un velocista.

Cristiano ha definido en este curso al goleador llegador por excelencia: tranco meteórico y explosivo, disparo y precisión. Ha sido más un finalizador voraz de ese juego vertiginoso que ha desplegado el Madrid en ataque (16 goles de jugada colectiva) que un elaborador de sus propios goles, aunque cuando fue necesario resolvió con jugadas individuales (6). En jugadas de estrategia (4) marcó dos goles de cabeza tras sendos saques de esquina de Özil, uno tras una falta lateral botada por Xabi Alonso y otro tras una dejada de Ramos tras otro saque de un libre indirecto desde un costado. Özil ha sido el principal alimentador de Cristiano, al que le ha proporcionado 11 goles.

No ha sido un rematador de tobillo sutil, sino de duro y preciso empeine

Es muy revelador que todo el barroquismo con el que Cristiano adorna su uno contra uno desaparece cuando el gol anda por medio y tiene que armar la pierna, ya sea la derecha o la izquierda. La primera (28) ha sido su principal herramienta ejecutora. Con la zurda, el portugués ha convertido ocho tantos.

Cuando no ha marcado a un solo toque, su secuencia más frecuente ante la portería ha sido control, visualización del portero y disparo. Todo con la rapidez centelleante de los fogonazos; pim, pam, pum. Hay en la capacidad goleadora de Cristiano muchas vetas del canon del deportista del siglo XXI: potencia, técnica y coordinación al servicio de un cuerpo espigado y robusto.

En el descomunal ejercicio goleador que ha desplegado, no abundan los toques suaves, salvo un penalti al Getafe y algunos de los goles en los que sólo tuvo que empujar la pelota. No le ha brotado a Cristiano esa calma artística de la que nace una vaselina ante un mano a mano con un portero. En esos lances nunca fue Romario. Sus goles hablan de un futbolista que no se caracterizó por emplear un juego de tobillo sutil y sensible. Ha sido un pegador de doble empeine, duro, endiablado y preciso, capaz de hacer que la pelota dibuje curvas envenenadas.

El barroquismo de sus regates se esfuma cuando se planta ante el gol

En sus duelos en solitario con los porteros casi siempre ha empleado el chut potente y ajustado. Y en la media y larga distancia ha convertidos disparos tan duros como esquinados. Siete goles desde fuera del área certifican ese terrorífico golpeo lejano que desconcierta a los guardametas. Ha sido en los libres directos (4) donde más ha enseñado esa capacidad para que el balón dibuje trayectorias desconcertantes o inalcanzables para los porteros. Iraizoz se comió una de esas parábolas irregulares.

Cristiano no nació jugador de área, pero dentro de ella se le han apreciado los detalles que definen a los rateros del gol. Se le ha visto dar pasitos cortos con el fin de alejarse de los centrales lo suficiente como para ganarles la espalda y rematar. Ha aplicado carreras cortitas, pero muy explosivas para alcanzar el primer palo y anticiparse a los defensas.

En esos 40 tantos se descubre a un goleador que mezcló ese manual de los cazagoles con sus excepcionales condiciones físicas. Ha marcado tras potentes conducciones con y sin rivales de por medio. Y también ha perforado porterías con carreras de 20 o 30 metros acompañando los contragolpes para empujarlos. En estas acciones es cuando su punta de velocidad, se le han llegado a medir 35 kilómetros por hora, ha sido decisiva.

'¿Es delantero? No creo, porque es mucho mejor en el uno contra uno. ¿Es un extremo puro? Tampoco lo creo, porque también es goleador. Yo creo que es una mezcla de estas dos cosas', le define Mourinho.

11 veces decisivo

De sus 40 goles, 11 supusieron que inclinara o igualara el marcador a favor del Madrid. Los otros 29 sirvieron para hinchar los resultados. En seis ocasiones, Cristiano convirtió el 1-0 para su equipo. Las mismas que Benzema en sus 15 goles. En tres ocasiones, el luso marcó el gol del empate: Villarreal (1-1, 2-2), y Barcelona (1-1). En dos deshizo empates a goles (Hércules 1-2 y Villarreal 3-2). El Madrid ha trabajado en los últimos partidos para ayudar a Cristiano a alcanzar 40 goles, pero Di Stéfano, en su artículo del lunes en Marca, se hizo esta pregunta: '¿Se busca el consuelo con el récord de CR7?'.


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