Este artículo se publicó hace 14 años.
Cristiano al galope
La endemoniada velocidad del portugués acaba con un correoso Valencia a los 70 minutos
Después de la tunda del Camp Nou lo que menos esperaba el Bernabéu era encontrarse de inicio con un trivote, con el excesivo músculo de Lass acompañando a Xabi Alonsoy a Khedira. Aguardaba el Bernabéu un desquite con Benzema al frente del ataque, pero Mourinho mandó ayer un mensaje muy duro y claro hacia el palco por si aún no lo tenía claro: el francés no es de su agrado.
Con esa decisión también reafirmó que en el equipo manda él, que da igual que la parroquia y la dirigencia esperara fútbol de seda en vez de acero para enterrar la humillación de Barcelona. Mourinhoes Mourinho para lo bueno y para lo malo, como él mismo asegura, y ayer le dio por decir aquí estoy yo ante la incredulidad general.
El resultado de esa alineación de acero, sin una referencia fija arriba fue una batalla táctica, trabada, sin apenas combinaciones. Fútbol de trincheras en el que las conducciones individuales pesaban más que el juego de apoyos. Fútbol ideal para Cristiano. Todo aliñado con ese punto de excitación con el que salieron los jugadores del Madrid que, independientemente del dibujo, se fueron hacia arriba desbocados. Lass fue el mejor exponente de ese fútbol acelerado, sin pausa alguna que quiso ayer proponer Mourinho.
Mou sorprende con un once sin Benzema y un trivote en el medio
Emery también pobló el centro del campo con Maduro, Albelda y Tino Costa, más Mata y Joaquín en los costados. Las escaramuzas en el centro generaban tanto chocar de piernas como situaciones insólitas. Khedira, por ejemplo, irrumpiendo por el medio a la carrera para medirse a Guaita en un mano a mano que enseñó que sus mejores virtudes están muy alejadas del área contraria. Desperdició la ocasión por falta de calidad. Tiró al medio, encogido por verse en una situación que no le va. Esa fue la ocasión más clara que fabricó el Madrid en el primer tiempo.
La otra fue un taconazo de Cristiano que se estrelló en el palo tras un centro de Di María. El argentino empezó punzante, sacándole los colores a Jordi Alba con un regate pegado a la línea de fondo, pero luego se perdió en carreras individualistas. Guaita, que empezó dubitativo, con guantes de aceite, también se lució en una falta lanzada por Özil antes del intermedio. Del Valencia sólo se contabilizó su gran orden, algunas carreras de Joaquín y movimientos inteligentes de Soldado, que no encontraron la complicidad de sus compañeros.
La irrupción del galo en el segundo tiempo impulsa a los blancos
Cristiano fue el que abrió el fuego en la reanudación con un control prodigioso a la carrera y un remate que Guaita desvió como pudo y de manera poco ortodoxa. La jugada fue fruto de ese juego sin transiciones, de un pase largo de Xabi Alonso.
Un proceso similar al que propició otra clara ocasión, esta vez de Benzema, que ya había roto el trivote con su entrada al campo al sustituir a Khedira. El propio gol de Cristiano fue fruto de ese juego meteórico. Luego volvió a aparecer Mourinho. Pedro León y Morata estaban preparados, pero, ya con ventaja, Mou optó por Granero y Diarra. Cristiano emergió de nuevo para cerrarel partido.
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