La celebración de un gol, las miradas, los pases, los abrazos, la complicidad, los gestos o el tono empleado en las discusiones tácticas. Son muchas las interacciones que, sobre un terreno de juego, dan pistas sobre la relación entre jugadores de un mismo equipo.

Así que hoy, ante Estados Unidos, serán muchas las señales que indicarán si han quedado o no secuelas en la selección española de la batalla física y verbal que intercambiaron jugadores del Barcelona y el Madrid durante la maratón de clásicos. Sólo señales, claro, porque sólo los futbolistas saben realmente si tienen el 'buen rollo' que coinciden en destacar. Casillas e Iniesta escenificaron ayer en Boston esa armonía que busca el seleccionador. 'No hay nada de lo que hablar, hemos dado carpetazo a la temporada y ahora lo que importa es la selección', dijo el portero. 'El fútbol no vive de recuerdos, ahora estamos a otra cosa. Además, si por algo destaca este grupo es porsu unión', convino el centrocampista manchego. Y Del Bosque zanjó: 'Las cosas malas se olvidan'.

Estados Unidos es la misma selección que apartó de la final de la Copa Confederaciones a La Roja en 2009, en uno de los dos encuentros oficiales que ha perdido el grupo de Del Bosque. La última de las asignaturas, y la más relevante, tiene que ver con la condición del encuentro. Un amistoso, sí, pero es precisamente en estos partidos donde viene fallando demasiado: dos derrotas contundentes (4-1 ante Argentina, 4-0 contra Portugal), un empate (ante México) y una sola victoria, con Colombia, tras ganar el Mundial.