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Dos décadas esperando al número 1

IGNACIO ROMO

El golf es una forma demasiado cara de jugar a las canicas'. La frase es del escritor inglés G.K. Chesterton, un hombre de más de 130 kilos que nunca encontró aliciente al deporte de los 18 hoyos. Sin embargo, los que sí aman el golf van a disfrutar desde hoy con el juego de los mejores del mundo en el Madrid Masters de golf que se disputa en Alcalá de Henares.

El golf vuelve a Madrid con el atractivo de ver en acción al número 1 del mundo, algo que no sucedía desde 1993 con la visita del inglés Nick Faldo. Esta vez es un compatriota suyo, Luke Donald, quien encabeza el ranking mundial (por delante de Westwood, otro inglés) y va camino de conseguir algo que jamás ha sucedido en la historia del golf: ser primero en la lista de ganancias de los circuitos europeo y americano en la misma temporada.

El número 1 del mundo aún no ha ganado ningún 'major'

¿Cómo es Luke Donald? ¿Qué hace diferente a este inglés de 33 años, que se define como semiescocés? Donald se convirtió en número 1 del mundo el mayo tras ganar el clásico de Wentworth (Surrey, Inglaterra). En el lado negativo, lo que hace especial al inglés es el hecho de mantenerse como número 1 sin haber ganado jamás uno de los cuatro majors.

Donald es un golfista forjado a ambos lados del Atlántico. Se formó en Inglaterra pero perfeccionó su técnica en Estados Unidos. A los 20 años se trasladó a la Universidad Northwestern, en Chicago, con la que se proclamó en 1999 campeón nacional universitario de golf.

Técnicamente, el número 1 del mundo es un jugador especial. No concede ninguna importancia a ganar metros con el golpe de salida del tee. De hecho, utiliza en su primer golpe un palo medium en lugar del extra-large que se ha impuesto en los últimos años, destinado a conseguir la distancia máxima.

Donald: '¿Qué me aportan cinco o diez yardas? Prefiero un golf sin estrés'

'No me interpreten mal explicaba Donald el mes pasado, no es que yo quiera golpes cortos de salida. Lo que pasa es que no estoy intentando, como hace Phil Mickelson, ver hasta dónde puedo mandar la bola. ¿Qué me aportan cinco o diez yardas más? Ese no es mi juego. Lo que yo intento es poner la bola en la calle, jugar un golf sin estrés, y confiar en mi estrategia y en mi capacidad con el wedge y el putt'.

Pero Luke Donald no siempre fue así. En 2007, sí era uno más en el tee: buscaba la máxima distancia en la salida. Y se obsesionó con el asunto hasta el punto de que afectó a su manera (tradicional) de ejecutar el swing. A día de hoy cree que aquel cambio fue el que le generó una lesión de muñeca al año siguiente que le obligó a pasar por el quirófano y perderse la Ryder Cup.

Donald ha ganado este año tres torneos (Open de Escocia, Match-Play Championship y Wentworth) pero lo que le ha puesto en el trono mundial del golf ha sido su regularidad. Este año ha disputado 20 torneos y en 15 de ellos se ha clasificado en el top-10.

'Los modelos que trato de imitar son Faldo y Seve. Aquella fue una gran época', señala siempre Donald. Y en estos tiempos de crisis pos-Tiger Woods (hundido ya en el puesto 51º del ranking mundial), Europa ha recuperado todo su peso. Donald y Westwood (ingleses), McIlroy (norirlandés) y Kaymer, (alemán) mandan en los greens. ¿Y los españoles? Los mejor situados para este fin de semana son Álvaro Quirós, Fernández-Castaño, Lara y Alejandro Cañizares.

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