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El Depor se vuelve a secar

Empate sin goles en Riazor ante Osasuna (0-0) que deja a los blanquiazules octavos y a los rojillos pendientes del descenso

MARIO LEIS

Lo que gana Osasuna tiene mucho que ver con el esfuerzo. La sangre le llevó a meterse el primer cuarto de hora en el campo rival, sacando cuatro veces de esquina, agobiando con la presión y superando por las bandas, con un enchufadísimo Plasil. Pero esa excitación, la boca echando espuma, le llevó poco a poco al desorden y los desajustes.

El Depor, solventado el primer tramo de agobio, empezó a jugar, primero bajando el diapasón de Osasuna y luego al compás de Valerón. El toque llevó a las ocasiones. De Guzmán remató de tijereta un centro de Lafita y luego, Lassad la estampó de cabeza en el poste tras de un buen pase de Filipe.

El joven francés dio muchas soluciones y sacó notable en su debut como titular. Cómo lo debe ver Lotina cuando de cuatro delanteros del primer equipo pone al quinto, el del filial. Bodipo y Riki eran bajas, pero Mista, veterano, y Omar Bravo, fichaje estrella y muy cerca de regresar por donde ha venido, vieron desde el banquillo como el delantero del B les ha comido las papas. Lassad tiene a su favor algo que ni Mista ni Bravo van a conseguir: la afición en el bolsillo. Para la parroquia, necesitada de novedades, es el niño que cuidar. Desde Fran esa gente no ve triunfar en el Depor a un canterano.

El Deportivo neutralizó el aliento de Osasuna tocando de primera. Así se saltó la presión y así cosió la mejor jugada de la primera parte, que concluyó con Valerón en el suelo arrollado por Flaño. Mejía no se lo terminó de creer. Fue el único. No pitó el penalti y calentó a la grada.

Como caliente apareció el Depor en el segundo tiempo. No concedió tregua y obligó al enemigo a correr aún más detrás del balón. Nekounam, el guía, desapareció al no contactar con la bola, lo mismo que Plasil y Juanfran.

La aportación de Lafita, Filipe y Lassad se multiplicó. Parecía que Osasuna iba caer de maduro, despúes de salvarse de tres remates de gol. Además, Camacho claudicó a veinte minutos del final, sacando a Dady para amurallar y proteger el punto con todo. Pero al mismo tiempo, Lotina tomó una de esas decisiones que la grada apunta en su debe: quitó a Lassad y el Depor echó el ancla.

Ya no encontró caminos ni desmarques para llegar hasta Roberto. El Depor se acabó con la gasolina de Valerón y Verdú. Osasuna sacó otro poquito la cabeza. Son cuatro partidos consecutivos sin perder, ocho de doce, un balance inédito para los navarros en todo el curso. Para el Depor, otra vez lastrado por su pobre definición, dos empates consecutivos le hacen cortarse en la pelea por Europa.

 

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