Este artículo se publicó hace 14 años.
Un deporte que lucha para no caer en el olvido
De los héroes del bronce en los Juegos de Roma 1960 a un futuro que pasa por la innovación
Entonces no se imaginaban con canas, ni con una medalla olímpica en los Juegos de Roma 1960 que despertó al hockey del anonimato. "Cuando llegamos a semifinales, el ministro de Deportes de la época de Franco llegó a decir que estos del golf iban muy bien", evoca entre risas José Antonio Dinarés, uno de los integrantes de aquella selección que marcó la historia del deporte del stick en nuestro país. Ayer, cinco décadas después del hito, la Federación Española quiso homenajear a aquella plantilla en un acto en el Real Club de Polo de Barcelona. Un encuentro que se transformó en un torrente de anécdotas.
"En el primer partido me olvidé la protección para la entrepierna y tuve que aguantar todo el primer tiempo como un valiente. Tuvo que ir un compañero a la Villa Olímpica para traérmela al descanso", recuerda el portero de aquella escuadra, Carlos del Coso. Y quien le trajo la olvidada coquillera fue nada más y nada menos que Pere Amat, tío del actual internacional Pol Amat y pionero de una saga familiar que arrastra ya la friolera de 20 participaciones olímpicas. Su hermano Jaume también fue a Roma, siendo el deportista más joven de toda la expedición española.
Aquella primera medalla olímpica sacó al hockey de su anonimato
Aquel equipo era el gran desconocido. "Era todo muy amateur. La mayoría fuimos a los Juegos Olímpicos sin saber lo que eran. Apenas conocíamos a nadie; recuerdo que incluso nos preguntábamos quién era ese tipo que pegaba tantos puñetazos, y resultó ser el gran Muhammad Alí", recuerda José Antonio Donarés. Historias que tuvieron un punto de reflexión común: el trabajo del seleccionador, Ernesto Vic, que resultó determinante para alcanzar tal logro. "El año anterior a los Juegos, realizamos diversas concentraciones; nos reuníamos periódicamente y así llegamos a Roma con el equipo muy acoplado", destacan. Una forma de trabajar que Hendricks, el seleccionador con el que España se colgó la planta en Pekín, también exploró con su grupo.
Más técnica que físico"Todo ha cambiado desde entonces. Aquel equipo era muy técnico, mientras que ahora prima mucho más la condición física. Por aquel entonces, el hockey indio era como la sinfonía de Beethoven", señala Joaquín Dualde, el goleador de aquella particular final el partido por el tercer y cuatro puesto disputada contra Gran Bretaña. "Pero nuestra selección actual es igual o más buena, hay generaciones para estar años entre los tres mejores del mundo", incide Dualde.
50 años después, el stick sólo tiene presencia cada cuatro años
Desde entonces, el hockey ha ganado algo de presencia pero no ha logrado salir de esa condena que viven la mayoría de deportes olímpicos minoritarios. Su aparición, cada cuatro años, únicamente en los Juegos Olímpicos. Una realidad que no han podido romper, ni siquiera, la dinámica de los éxitos del oro olímpico femenino en Barcelona o de los éxitos en europeos, mundiales, trofeo de campeones y Juegos Olímpicos de los chicos. Un anonimato que dificulta el calado del hockey en la sociedad, más allá de tres o cuatro zonas históricas en nuestro país.
"Desde el año 60 no bajamos del octavo o noveno puesto. Es cierto que, en los últimos años, solíamos estar en el podio pero la realidad que tenemos es la que hay pocas licencias. A mí lo que más me importa es la promoción más allá de los resultados puntuales del primer equipo", asegura Santi Deó, presidente de la Federación Española, preocupado por el relevo en la selección masculina. "El equipo se ha hecho mayor, y piezas importantes de este equipo cerrarán su ciclo en Londres. El año que viene vuelve a haber Copa de Europa, luego la clasificación para Londres, a ver qué jugadores llegan, hay que ajustar el equipo", corrobora Deó.
"Creo que alguno de los grandes jugadores no llegará, aunque eso es un tema de los responsables deportivos. Hay 4 o 5 jugadores importantes que pueden subir pero no sé si estarán a la altura de Santi (Freixa), de Tubau o de Fábregas (ya retirado). Hemos tenido la suerte de tener un equipo impresionante, pero se acaba un ciclo y hay que dar el relevo aún con el riesgo de que los resultados, en principio, no acompañen", defiende el federativo.
Para aumentar fichas y asegurar el relevo se mira al hockey en sala
El crecimiento, bajo techoEntre los héroes de Roma, Deó habla ya de una segunda revolución en el hockey para continuar con los éxitos. "Hemos empezado un programa de expansión a través del hockey sala porque creemos que es ahí donde podemos crecer; tener un campo de hierba es muy caro. Una pista la encuentras en cualquier colegio y el hockey sala se juega en esta superficie. En dos o tres años desearíamos alcanzar las 20.000 fichas. Si no es con el hockey sala, difícilmente podremos crecer", razona Deó, empeñado en que su deporte no caiga en el olvido.
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