Víctor Sánchez (Terrassa, 1987) vuelve hoy a cruzarse con Guardiola, el técnico que le hizo debutar en el club azulgrana. El Xerez, equipo por el que firmó con una opción de compra a coste cero este verano, visita el Camp Nou tratando de huir del descenso. 'Ganar es complicado, pero no vamos derrotados', asegura.

De estar sentenciados, con un pie en Segunda, a soñar con la permanencia.

Sí, hay posibilidades y es a lo que nos aferramos.

No es buen lugar el Camp Nou para rascar puntos.

Vamos a jugar para sumar porque es la única forma de salir de donde estamos. Pero el rival lo complica mucho.

Hace unas jornadas el calendario les sentenciaba.

Nuestro final está siendo muy complicado, pero lo evidente es que si no hemos hecho los deberes antes, desde el principio de la temporada, los tendremos que hacer ahora, sin bajar nunca los brazos.

'Quiero demostrar que puedo y quiero estar con ellos el próximo año'

La inercia de los últimos resultados les hace soñar.

Lo estamos haciendo bien, pero venimos desde muy abajo. Sólo nos sirve hacer bueno cada punto porque tenemos un lastre enorme, que es salir desde el fondo de la tabla.

Hoy vuelve a la que fue su casa, a su club, a su ciudad.

Pese a las circunstancias, me hace muy feliz volver. Es un orgullo jugar en un campo por el que han pasado tantas figuras. Supongo que será especial sobre todo al inicio.

Tras debutar en el primer equipo, ahora tiene una opción de reivindicarse.

Para mí, todo esto es una experiencia y una oportunidad para demostrar que la próxima temporada puedo y quiero estar con ellos, con el Barça. Por eso voy a demostrarlo de la única forma que puedo: saliendo a tope para darlo todo por el Xerez.

Viendo la confianza de Guardiola en la cantera, ¿le duele que no haya contado con usted?

No, para nada. Guardiola sabe que le estaré mil veces agradecido por haber confiado en mí cuando yo era parte de la cantera. Lo que ha hecho es intensificar y magnificar el proyecto del club con la base. Ha demostrado que no le importa el nombre, ni la edad, ni la trayectoria y eso es un acierto porque los jugadores ganan identificación con el equipo y se ven con posibilidades de seguir trabajando desde dentro.

El trabajo con la cantera le avala, pero ¿tanto ha tenido que ver en la metamorfosis del equipo?

Muchísimo, su papel ha sido fundamental. Cogió un equipo que estaba no destrozado, pero sí tocado anímicamente por el último año de Rijkaard. Ha hecho ver a cada jugador que es el mejor en su puesto y que, con unión y sacrificio, se podían lograr títulos, como así ha sido.

¿Tan distinto es al resto?

Es muy listo. Sabe cuándo hablar con la prensa, cuándo reservar a un jugador, cómo se debe motivar, en qué partidos hay que priorizar. Hay veces en que es más psicólogo que entrenador.

Todo el mundo le destaca en esa faceta, motivando.

Sí, pero además de entrenador, por supuesto. Es psicólogo y amigo del jugador. Si Guardiola se fuera del Barça, estoy convencido de que conservaría muchos amigos dentro del vestuario, y eso, hoy en día, es muy complicado.

¿En el filial ya vivía el fútbol con esa intensidad?

Es que le gusta muchísimo su trabajo. Vive para trabajar en el fútbol y sólo piensa en eso. Cuando lo deje, ganará en tranquilidad. Ahora está obsesionado, siguiendo rivales, buscando soluciones

¿Se ve el próximo curso con ellos?

Tengo mucha ilusión en volver a jugar con ellos, pero insisto en que este partido no es una demostración personal ni hacia Guardiola ni hacia nadie. Él me conoce mejor que nadie, es el entrenador del que más he aprendido y, además, es un buen amigo.

Tras el traspié de Milán, la Liga depende de ellos.

Mi corazón me hace desear que ganen la Liga y, por juego, lo merecen: han llegado al nivel en el que estaban el año pasado.