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"Soy devoto de Alberto, no sólo su gregario"

David Navarro es el último Astana en aparecer en cabeza antes de que los favoritos hagan la guerra por su cuenta

M. ALBA

Es el último Astana en aparecer en cabeza antes de que los favoritos hagan la guerra por su cuenta. 'El Tourmalet va a ser un sálvese quien pueda', asegura Dani Navarro (Gijón, 1983).

¿Cómo se le eligió ser el último gregario del equipo en la montaña?

Lo decidió la carretera. Venía encontandrome bien desde el inicio del Tour y lo demostré en la primera etapa de montaña. Fue entonces cuando se tomó la decisión.

¿El gregario es un devoto de su líder?

No siempre. En muchas ocasiones, simplemente eres un trabajador. En el caso de Alberto, sin embargo, sí que soy un devoto suyo.

¿Cuál ha sido su peor día?

Quizá el primero de Pirineos. Iba bastante cauto porque me había caído el día anterior y no sabía muy bien cómo iba a responder. Afortunadamente, todo fue bien.

¿Tiene voz a la hora de elegir el ritmo de subida?

Para nada. Alberto me está diciendo continuamente aguanta, regula, dale más. Estoy para hacer las subidas a la carta.

¿Cuántas veces mira hacia atrás en una ascensión?

No muchas, pero alguna vez sí que lo hago para saber si el ritmo que estoy poniendo está funcionando o si debo darle un punto más para descolgar a gente.

¿Y si no hace daño?

Suelo bajar un poco el ritmo para dar un arreón pasados unos cientos de metros.

El depósito se vacía. ¿Por quién siente miedo?

Uno se siente un poco frustrado porque siempre quieres dar un metro más.

¿Pero no piensa en lo que le queda?

Bueno, digamos que tardas un poco reaccionar y darte cuenta de que es el momento de sufrir por ti, por perder el menor tiempo posible, pero sin dar más de lo necesario porque al día siguiente toca estar fresco.

¿Su objetivo para hoy en el Tourmalet?

Acompañar a Alberto, hacerle que se sienta cómodo, hasta que queden cinco kilómetros. En esa distancia él se siente demasiado a gusto para pasarlo mal.

¿Donde empezará hoy la batalla?

Todo dependerá de cuándo se cree la fuga. A nosotros nos conviene que se haga pronto. Creo que se empezará a apretar en el Soulor para desgastar a nuestro equipo, el ritmo se incrementará hasta el inicio del Tourmalet y allí va a ser la guerra.

¿Y si le pide que le lleve a la cima?

Pues a apretar el culo y a morir. Para mí, el Tour acaba mañana -por hoy- en cuanto Alberto me deje atrás.

 

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