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Diego llega tarde

El brasileño, suplente, reactiva al Atlético pero sin tiempo para empatar

ÁNGEL LUIS MENÉNDEZ

Con su habitual sentido didáctico, Manzano debe responder a una pregunta: ¿Por qué Diego no fue titular? O a dos: ¿Y Turan? En vez de buscar la victoria desde el primer minuto, incluso a la vuelta del descanso -aún con 0-0-, el técnico del Atlético sólo se acordó de ambos cuando perdía. Demasiado tarde. El gol de Soldado bastó y el club rojiblanco no conoce el triunfo.

Y si ayer no encajó más castigo fue gracias a Courtois, que recuerda al mejor De Gea. Al chaval con la altura de un rascacielos, aplomo de espía y agilidad de lagartija cuya presencia, dudosa al principio por la inexperiencia, acaba resultando imprescindible por la seguridad que transmite. Una viga amarilla de poderosa planta y buena colocación que sostuvo al Atlético durante un primer tiempo frenético. El joven (19 años) guardameta belga exhibe una insultante pericia en los balones simplemente comprometidos y muestra un perfil felino a la hora de despejar balas mortales. Le da igual que sean a bocajarro, como un mano a mano con Soldado, o lejanas, como un disparo de Jonás.

Emery, el alumno, dio una lección a Manzano, su maestro, mediante una correcta interpretación del músculo en todas sus versiones. El entrenador del Valencia combinó la mastodóntica presencia de Rami en el eje de la zaga, el despliegue de Tino Costa en el centro del campo y las electrizantes apariciones de las dobles parejas que habitan en las bandas -Mathieu y Piatti por la izquierda; Miguel y Pablo por la derecha- para castigar todos los flancos del Atlético.

El conjunto madrileño, atado a Courtois, aguantó lo que tardó Soldado en afinar la mirilla. El delantero, en racha, es un dolor para cualquier central. Haciendo de la sencillez un arte, despliega un repertorio de recursos tan tradicional como eficaz. Tiró de velocidad para despegarse de Domínguez y de habilidad para burlar la marca de Miranda. De hecho, en el gol buscó la espalda del central brasileño y cabeceó a placer.

Como un vendaval intermitente, el fútbol del Valencia atropelló a ráfagas al Atlético, cuya única respuesta fueron un par de desmarques de Adrián. El asturiano, desplazado a la banda izquierda, ejecutó dos apariciones en el área que, aun sin éxito, dejaron en evidencia a Falcao. El fichaje más caro de la historia del club, apenas brilló en su estreno.

El colombiano, habilidoso y fuerte delantero a cuyo pedigrí se aferra la afición rojiblanca para soñar, defraudó en el primer escenario de enjundia en el que actúa. Diego, en cambio, encendió la esperanza durante la media hora larga de su debut. La presencia del brasileño, además, agrandó a Turan, también suplente y también protagonista destacado del arreón final del Atlético, y encendió a Reyes, ausente hasta entonces. Diego tomó el mando y, asistido por los otros dos, asustaron al Valencia a base de paredes, regates y diagonales que se perdieron por la falta de un rematador final en condiciones.

Valencia: Guaita; Miguel, Rami, Víctor Ruiz, Mathieu; Albelda, Tino Costa (Topal, m. 66); Pablo, Jonas (Canales, m. 69), Piatti (Jordi Alba, m. 60); y Soldado

Atlético: Courtois; Silvio, Miranda, Domínguez, Filipe Luis; Tiago (Diego, m. 63), Mario Suárez (Juanfran, m. 77), Gabi; Reyes, Falcao y Adrián (Arda Turan, m. 58).

Gol: 1-0. M. 52. Internada de Miguel, centro al área y cabezazo de Soldado.

Árbitro: González. Amarilla a Mario Súarez, Tiago y Soldado.

Mestalla: 40.000 espectadores. 

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