Valdés, De Gea, Palop, Valdés, De Gea... Unos cuantos nombres merodean desde hace semanas sobre la cabeza (o más bien la espalda) de Diego López, hasta nueva orden el tercer portero de la selección, no se sabe por cuánto tiempo. Valdés, De Gea, Valdés, De Gea... La selección menos discutida de la historia en sus convocatorias, sólo mantiene un punto de discordia. Y le afecta exactamente a él, a Diego López, el tercer portero, que anda bajo de moral, convencido íntimamente de que finalmente no va a acudir a Suráfrica. Lleva 16 citaciones consecutivas, todas las que ha habido desde marzo de 2009, pero se siente fuera. No entiende tanta presión exterior. Y se le está haciendo insoportable.

La plaza aparentemente menos importante de España es hoy la más solicitada. Víctor Valdés es el Zamora del campeonato (19 goles en contra tras 31 partidos) y anda en un momento de seguridad e inspiración incontestable. Además juega en el Barça, con una prensa detrás que empuja e influye.

Y luego está el chico, De Gea, que ha conseguido domesticar la defensa más anárquica y despistada de la Liga. Con 18 años juega con la serenidad de un veterano. Como es del Atlético, no tiene prensa que le corteje, pero hasta ayer lo paraba todo. Y aceptaría mejor el rol secundario que el azulgrana.

Valdés y De Gea no piden la cabeza de Diego, sólo su plaza. Y en Villarreal no gusta. 'Se está orquestando una campaña mediática para que Valdés vaya al Mundial', denuncia Fernando Roig, el presidente, 'y no sólo desde Barcelona. Se han empeñado en que el Villarreal tenga un mundialista menos'.