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Distancia insalvable

El clásico resaltó las diferencias de juego entre Barça y Madrid y la historia dice que nadie remontó 12 puntos

L. J. MOÑINO

El frío fue y la noche cerrada fueron los únicos espectadores de la llegada silenciosa y cabizbaja del Madrid a Barajas, sin el presidente Calderón, que se quedó en Barcelona. Pasado el orgullo consolador de haber resistido al Barça desde una propuesta defensiva, la realidad se apoderó de la expedición. La tabla dice que el Barcelona está a 12 puntos y que ningún equipo ha logrado proclamarse campeón con esa diferencia a estas alturas del campeonato. Según la historia, el Madrid afronta una misión imposible.

Si la cojera de Cannavaro, que le obligó a volar con los pies en un reposacabezas del avión, representaba la imagen tocada del Madrid, los ojos chispeantes de Guardiola hablaban del último golpe de autoridad dado por su equipo. Si el Madrid renquea mucho, el Barça vuela más. 'Sé lo que significa ganar al Madrid. Hay un componente emotivo que siempre está presente ', reconocía Guardiola. Tenía el técnico del Barça el partido señalado en rojo, por la trascendencia de ganarle al Madrid y porque era su primer clásico en el banquillo. Una derrota no le hubiera cuestionado, pero sí hubiera rebajado la autoconfianza del grupo.

El clásico reafirmó la diferencia abismal entre una y otra plantilla. La posesión del balón, que tuvo picos de hasta un 70 por ciento para el Barça, describe a qué jugó cada uno. La propuesta de Juande empequeñeció al Madrid, aunque transmitió solidaridad y orden, valores que hacía tiempo que no le aparecían al actual campeón. Hubo una jugada que desnudó los problemas del equipo blanco con el balón. Tenía la posesión en la banda derecha, apenas cinco metros del área del Barça y la presión le hizo perderla en el otro costado, a la altura del medio del campo. La asfixia que empieza en Etoo le supuso a su equipo 64 robos, por 27 del Madrid. El balón como punto de ataque es una de las referencias de la escuela de Cruyff, de la que este Barça tiene muchos conceptos. El Barça ataca al balón cuando no lo tiene.

La rocosidad del Madrid llevó al Barça a la precipitación y a la imprecisión con la pelota en los últimos metros, pero nunca renunció a imponer su estilo. Y tampoco a menospreciar que la victoria podía llegar por la vía del laboratorio. 'La jugada del gol de Etoo la habíamos ensayado en los entrenamientos', reconoció exultante Puyol. Con el de ayer son 12 los goles que el Barça ha logrado utilizando la estrategia. Un 26% sobre los 42 tantos que ha logrado. Partidos trabados como el clásico o el de Huelva ante el Recreativo, los ha resuelto el Barça desde esta vertiente del juego. Parte de los entrenamientos a puerta cerrada los dedica Guardiola a esta tarea que tantos réditos le están dando.

La versión conservadora del Madrid sorprendió a Xavi: 'Hacía tiempo que no veía a un Madrid así, con marcas individuales y jugando sólo a defenderse'. Los números también dieron la razón a Xavi, que tuvo que soportar la marca individual de Gago. Juande es partidario de este recurso que reconoce la inferioridad. En momentos y partidos puntuales, el nuevo técnico del Madrid no le hace ascos. El Madrid hizo cinco remates a puerta, el Barça, 19. Otra cifra para hablar de donde estuvo cada equipo en el ideario futbolístico. 11 saques de esquina provocaron las avalanchas ofensivas de los locales por cuatro del Madrid.

La reiteración de faltas del Madrid buscaron que se jugara el menor tiempo real posible. Cortocircuitar las circulaciones del Barça y castigar a Messi eran los objetivos blancos. Uno quería jugar al fútbol y el otro que se jugara lo menos posible. Ésa fue la mayor diferencia. El Barça se agarró al balón y el Madrid lo despreció.

 

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