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Dunga también marca a los micros

El seleccionador brasileño se siente perseguido hasta la paranoia

LADISLAO JAVIER MOÑINO

'Hay que pensar, hay que pensar'. Esta es la última dedicatoria de Dunga a la prensa brasileña que le agobia y que le cerca con preguntas que le recuerdan su traición a los valores tradicionales del fútbol brasileño. 'De los mundiales del 58, del 62 o del 70 sólo se recuerdan los goles, lo bueno, pero es algo normal. Mi abuelo le decía a mi padre que en su época todo era mejor, y mi padre a mí me decía lo mismo. Lo actual siempre es peor que lo de antes', soltó ayer como andanada a todo el que cuestiona sus métodos espartanos.

A Dunga le incomoda todo. Se retroalimenta con la existencia de enemigos, que si no tiene, los busca. Le molesta que le tachen de descastado por ese fútbol europeizado que practica y defiende. Con la prensa de su país tiene montada una guerra eterna. Será vapuleado sin misericordia si hoy es eliminado por Chile.

«De los Mundiales del 58, del 62 y del 70 sólo se recuerda lo bueno, los goles»

A Dunga le encabritan los representantes de los patrocinadores de su selección, a los que echó del hotel tras una dura negociación con los representantes de la Confederación Brasileña de Fútbol.

Le incordian hasta los micrófonos de ambiente, a los que también coarta sus funciones. Se siente perseguido hasta lo paranoico. En el partido frente a Costa de Marfil no dudó en achuchar a Rodrigo Paiva, jefe de prensa de la expedición brasileña, contra el responsable del sonido ambiente de Ellis Park. El lugar habitual de la gigantesca alcachofa que recoge el sonido es un lateral del banquillo. Paiva, tras discutir con el técnico del estadio, lo retiró un metro. De regreso a su sitio lo giró para colocarlo apuntando a la caseta de Costa de Marfil. Al inicio del segundo tiempo, el micrófono fue anulado por completo, ya estaba justo detrás del banquillo de Dunga.

Dunga aguarda a Chile con la duda de Felipe Melo o Josué. Los dos responden a su perfil de futbolistas entregados a su causa. Los mantiene contra viento y marea pese a las críticas que recibe por ello. Josué le ganó en la Copa América de 2007. En un entrenamiento afiló los tacos contra Robinho y desde ese día fue titular hasta la final. Melo y Josué cumplen con el pacto que hizo con sus futbolistas meses antes de acudir a Suráfrica. 'El que no roe hueso, no come filete'. La frase con la que selló ese acuerdo explica la personalidad de un hombre que no concibe el fútbol sin sudor ni sacrificio colectivo. A ese dicho recurre para explicar las ausencias de Ronaldinho, de Pato o de Adriano. Como no trabajaban a su gusto, como no aceptaban sus estrictas normas de cabo chusquero, no entraron en la lista de 23 para este Mundial.

Bielsa cambió del 3-3-1-3 al 4-3-3 tras una derrota con Brasil (0-3)

Chile le espera con el atrevido Alexis Sánchez, que protagoniza ejercicios de espontaneidad en la hierba como fuera de ella. La última fue ante Michelle Bachelet. La ex-presidenta socialista de Chile felicitó en persona a los futbolistas por su clasificación para octavos. 'Gracias tía', le agradeció Sánchez utilizando una expresión que en Chile está destinada para las personas muy entradas en edad.

Este duelo de octavos de final también apunta directamente a las pizarras de los dos entrenadores. 'Ellos jugarán a la contra, buscarán sorprendernos en velocidad', aseguran Robinho y Dunga, que tuvo una incidencia fundamental en los pensamientos tácticos de Bielsa durante la fase de clasificación. En Santiago, Brasil se impuso 0-3. A raíz de esta derrota, Bielsa decidió abandonar el 3-1-3-3 para pasar al 4-3-3. Hoy recupera a Carmona, su prolongación en el campo.

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