Este artículo se publicó hace 14 años.
Empate a base de genio
El Valencia iguala con uno menos
El Valencia sobrevivió a un partido roto por un penalti y la expulsión de Banega. Se repuso a las adversidades, tiró de orgullo y niveló el juego superior del Werder Bremen para terminar dominándole en el tramo final. La entrada de Jordi Alba por el lesionado Alexis fue la buena noticia. También la seguridad que ofrece César. Lo malo: la recua de lesiones con la que afronta su partido ante el Barça. La Liga Europa se complica.
Un discutido penalti abrió el partido. Hasta entonces, mediada la primera parte, ambos conjuntos se tantearon. Con el partido cuesta arriba, al Valencia le tocó escalar la cima alemana. Tuvo ocasiones sobradas para nivelar, pero Villa no anduvo fino. Y como Pablo se dribló a sí mismo, Mata resbalaba en los momentos más inoportunos y Silva se mueve con la tensión baja, no hubo manera. El Werder Bremen pudo incluso matar la eliminatoria, pero César vive una segunda juventud y lo impidió con paradas de viejo zorro.
Y si un penalti abrió las hostilidades, la expulsión de Banega prácticamente al comienzo de la segunda mitad puso el partido patas arriba. Subieron las revoluciones y a base de casta empató Mata. Fue entonces cuando mejor lo hizo el Valencia, espoleado por la grada y el orgullo herido.
El Bremen cerró filas en superioridad buscando alguna contra, pero el Valencia fraguó con el cemento de la ilusión poniendo a los alemanes contra las cuerdas. La intensidad creció, al igual que las faltas y las tarjetas, y el encuentro fue ya un cuerpo a cuerpo, un intercambio de golpes. Cualquiera pudo marcar, pero no lo hizo ninguno. Mestallaaplaudió la casta, el orgullo de un equipo que olió una remontada merecida.
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