Este artículo se publicó hace 13 años.
"Enfrentarse al City es una suerte, no una temeridad"
Entrevista a Garrido, entrenador del Villareal
Tiene pinta de ejecutivo, una voz alzada y sus propios modales. Lleva 12 años de servicio en el club, así que conserva en la retina el penalti que falló Riquelme en semifinales de la Champions. Entonces Garrido era un empleado. Hoy lidera a un Villarreal que necesita volver a ser lo que fue. Convencido de que los jugadores valoran más a los entrenadores exigentes, no se separa de ese perfil que ejemplifica su vida. Garrido atiende al periodista en privado después de un partido de Liga, como ya casi parece imposible en el fútbol de hoy.
Usted dice: "Soy exigente con los jugadores como ellos lo son conmigo". ¿En los malos tiempos hay que serlo más?
No. Hay que ver las situaciones y ahora está claro que podíamos dar más. Pero yo creo, sobre todo, en el carácter. De hecho, yo soy un hombre de carácter que no entiende la vida sin esa casta, sin ese espíritu perfeccionista. Soy entrenador: casi todos los días hay algo que se puede corregir. No sé si es lo mejor o lo peor de esta profesión, pero es la vida que yo elegí. Fueron muchos años en el fútbol base: esperé mi oportunidad y la conseguí.
Para tener éxito, ¿hay que aprender a sufrir?
A estos niveles, el sufrimiento no garantiza nada, pero forma parte del fútbol. Nosotros no sólo queremos ganar, sino hacer el mejor partido posible. Tenemos que ser perfeccionistas, buscar la autocrítica y todo lo que nos fortalezca, y, lo sé, eso no siempre es fácil. A veces, haces méritos de sobra: tienes cuatro ocasiones como ante el Getafe y no marcas ninguna.
¿Cada día es como volver a empezar?
No, eso no. Nosotros hemos aceptado que debemos mejorar. Pero ya empiezo a ver cosas que me dicen que sea optimista. Y sí, claro, veo que el equipo ha recuperado el espíritu de jugar cada balón y que tiene ese compromiso de mejoría. Otra cosa es el gol. Es difícil hacerlo y, a veces, es una cuestión de detalles. Pero si vuelves a tener cuatro oportunidades, lo normal es hacerlo.
Usted es un tipo muy orgulloso. ¿Es capaz de reconocer que lo ha pasado mal con tanta derrota?
Ya digo que tengo mi carácter, mi personalidad, mis orígenes Pero no se trata de que yo sea de una manera y el fútbol de otra. Yo trabajé mucho tiempo en el fútbol base y entendí que el fútbol puede ser así. No sólo era yo. Era mi alrededor. Vi pasar cerca de mí a técnicos de tanta categoría que no quisiera decir que me parezco a ninguno porque parece una pedantería. Pero me marcó Hiddink cuando entrenó al Valencia. Incluso iba a estudiar sus entrenamientos. O los de Cruyff en el Barça. Luego he tenido la fortuna de estar en el Villarreal, y entonces tendría que hablarle de Pellegrini, Víctor, Floro y, sobre todo, Paquito, que me enseñó una manera de vivir el fútbol.
Paquito, sin embargo, nunca jugó la Champions.
Es que no es fácil. Por eso yo siempre le digo al equipo que nos hemos ganado jugar estos partidos, que no sólo se trata de competir. También de disfrutar.
¿No es una temeridad enfrentarse ahora al City?
Pero si acabo de decirle que es una suerte No, no, nuestra idea es hacer el mejor partido posible, demostrar nuestra fortaleza o lo que he visto frente al Getafe. Hay futbolistas que han aumentado su rendimiento. Por eso soy optimista, porque veo que estamos trabajando, lo único que podemos hacer. Ahora ya no se trata de hablar de objetivos. De eso ya se habló mucho a principio de temporada.
Un objetivo es parar esta noche a Silva. ¿Qué opina del nueve mentiroso?
No sé. Son debates que yo no veo, porque cada equipo depende de los futbolistas que tiene. Si en tu equipo están Llorente o Higuaín, ¿cómo no vas a ponerlos?
Lo cierto es que el Villarreal también juega sin nueve.
Yo veo a uno que se llama Rossi.
¿Rossi o Agüero?
Una comparación innecesaria: los dos son grandes futbolistas.
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