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Así es el equipo de Angela Merkel

La canciller alemana no oculta sus simpatías por un Borussia Dortmund que representa a la Alemania joven y moderna y que recibe esta noche al Madrid en Champions

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En la región del Ruhr, Dortmund es la séptima ciudad más grande de Alemania. Es famosa por su cerveza (Export) y por su equipo de fútbol, el Borussia, un club centenario que hace siete años estuvo próximo a la bancarrota. Hoy, sin embargo, es el ejemplo de la fortaleza de Alemania, un equipo capaz de crear cosas nuevas y en el que los futbolistas se apoyan mutuamente. Su entrenador Jürgen Klopp, incluso, utiliza el vídeo para corregir defectos en los descansos de los partidos. Pero, lejos de considerarse una rareza, se interpreta como parte de la genética del Dortmund. Su éxito es paralelo al de la Alemania actual. Tiene el promedio de espectadores más alto de Europa. Entre sus aficionados, está Angela Merkel, considerada por la revista Forbes como la mujer más poderosa del mundo. La fotografía ya es clásica en Alemania. Los aspavientos de euforia de la canciller acompañan los goles del Dortmund.

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El entrenador Jürgen Klopp ha pedido en voz alta a Merkel que venga a todos los partidos en el Signal Iduna Park, el estadio del Borussia. Casualidad o destino, la mujer da suerte. "Sería estupendo que viniese siempre", declaró tras la victoria frente al Bayern Leverkusen, en el que la presencia de la canciller alentó a un Dortmund que venció con la claridad que no acostumbra esta temporada. Allí, en el palco estaba Angela Merkel, que celebró los goles de Hummels, Blaszczykowski y Lewandowski con intensidad. De ahí que Klopp la bautizase como "una gran anfitriona". Pero Merkel guarda la diplomacia y contabiliza sus apariciones en el palco del Iduna Park, donde el Borussia ha construido una reputación magnífica en los últimos años. Su lema 'Echte Liebe' (traducido como 'amor verdadero') contabiliza 68.000 socios que la temporada pasada vivieron lo nunca visto en la Bundesliga: el equipo logró la puntuación más alta de la historia (81 puntos en 34 partidos).

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Hace siete años, el Borussia sufrió una paliza económica, pero encontró solución. Entonces apostó por la cantera e, incluso, en estos tiempos de crisis ha tenido 14 millones de euros para invertir en un futbolista como Reus. Su media de edad es de 24 años. El equipo es uno de los mejores símbolos de la Alemania moderna que Angela Merkel recuerda en sus discursos, en los que pide "enterrar los viejos estereotipos". "Alemania es tan polifacética", dice, "como todas las demás naciones de Europa". Y el Borussia de Jürgen Klopp, trece años más joven que Merkel, es una prueba ideal. "Busco un equipo, no un museo de buenos futbolistas", ha declarado Klopp, un hombre que, a menudo, trabaja otro de los mensajes de su admirada señora Merkel: "Un buen político siempre tiene dudas y, por tanto, revisa permanentemente esas dudas".

Pero a diferencia de Angela Merkel, el Borussia no tiene tanto poder en Europa. El año pasado, Jurgen Klopp, el entrenador, señaló un problema de edad en la Liga de Campeones. Vivió un desenlace cruel e imperfecto. "La experiencia es una cosa que no se puede aprender de oídas, hay que vivirla". En realidad, la Chamnpions es el único desafío que le falta a Klopp en Dortmund. Después tal vez sea el seleccionador alemán. Su biografía lo apoya. Hace cuatro años llegó en medio del escepticismo. No había sido un futbolista de éxito. Jamás pasó de la Segunda división. Incluso, se dudaba de sus formas, excesivamente teatral en la banda. Pero el éxito ha correspondido a un club, capaz de enterrar el gobierno del Bayern Münich. Ganador de las dos últimas Bundesligas, el Dortmund es un ejemplo de cantera. En realidad, representa lo contrario que el Madrid. Ha sido capaz de encumbrar a jugadores que hace tres años no eran nadie como Hummels o el mismo Sahin, traspasado al Real Madrid en 2011. Su éxito, sin embargo, fue nulo. Mourinho lo ha cedido este año al Liverpool, porque dice que "ha perdido la autoestima para triunfar en el Madrid". Justo todo lo contrario de lo que le sucedía en el Dortmund de Klopp, donde era capital.

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Nada de eso significa que el Borussia no pueda ganar esta noche. No son, en cualquier caso, los mejores tiempos. Atrapado en la clasificación, a doce puntos del Bayern Münich en solo ocho jornadas, Jürgen Klopp piensa como Merkel: "Sólo se puede mejorar paso a paso". Ha sufrido heridas serias como la derrota ante el Schakle 04, pero Klopp se niega a pensar que el equipo ha muerto de éxito. "Tampoco hemos tenido tanto", insiste este hombre de 45 años, admirador de Merkel y, sin embargo, también de Guardiola. Otra de esas referencias que no olvida jamás. "Nosotros también presionamos como el Barcelona inmediatamente después de perder la pelota y desde hace mucho". Pero es realista: "La verdad es que ayuda poderle decir a un jugador: 'mira, los del Barcelona hacen lo mismo".

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