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España apunta maneras

La selección cuaja un buen partido contra Gran Bretaña (86-69)  y se clasifica para la segunda fase

GONZALO CABEZA

España fue España, al menos un rato. Voló sobre la pista, bajó el culo para defender y se puso las botas en la zona. Los pasos marcados para el oro en este Europeo (ver este especial). Fue justo después del descanso. El equipo era el de gala, ese que empieza por Calderón, sigue con Navarro y Rudy y termina en los hermanos Gasol. Con eso en la pista, festival. Especialmente de Marc, que se convirtió en un coloso imparable para los británicos en esos minutos de revolución.

Las tres primeras posesiones fueron suyas, todas ellas terminaron con canasta y pasmo de los rivales. Luego, su hermano mayor se unió a la fiesta. El juego interior, la piedra filosofal. La familia Gasol hizo unos números de impresión. Pau, 21 puntos y seis rebotes en 21 minutos de juego; Marc, 18 puntos, 11 rebotes y cinco asistencias en 28. Con esa base, la cosa funciona. Nadie en el campeonato tiene esa fuerza. El partido sirvió, además, para asegurar el pase al segundo grupo, algo que siempre se consideró un trámite que había que solventar.

El inicio del tercer
cuarto fue magnífico, con un sensacional Marc Gasol

Bien es cierto que Gran Bretaña no es ninguna maravilla, pero al menos no dan ganas de adoptarlos para enseñarles los rudimentos del baloncesto como pasaba con Portugal. Tienen a Deng, un enorme jugador, utilizado hasta la saciedad. En ocasiones hasta de forma excesiva, porque el resto del equipo tampoco es tan pésimo como para que la estrella canalice y resuelva todas las posesiones británicas.

Las sensaciones fueron buenas porque los jugadores de España lo son. El ejemplo es Rudy, al que le tocaba emparejarse con Deng y terminó imponiéndose. Buena defensa, muy voluntarioso ataque, el mallorquín está fresco, rápido y con todas las ganas del mundo. Seguro de vida, como también lo es Navarro, un poco más alicaído que en los días previos.

Entre los muchos puntos positivos del encuentro también estuvo Felipe Reyes. Viene de los que han sido probablemente los peores días de su vida tras sufrir la muerte de su padre y, en cuestiones de juego, parecía que sólo iba a disputar los minutos de la basura sobrepasado en la zona por los Gasol e Ibaka. Pero no es así. Al menos no de momento. Felipe es un gladiador, la voluntad hecha jugador de baloncesto, y siempre pelea por entrar en la cancha. Nunca podrá escuchar un reproche por su entrega y eso se traduce en buenos minutos cada vez que tiene que jugar.

El desacertado tiro exterior fue la única duda que quedó ante los británicos

Por buscar defectos, que es algo que siempre hay que hacer si lo que se pretende es la victoria final, se debe apuntar que España, por el momento, no tira nada bien desde lejos. Y eso es grave, porque un buen lanzamiento exterior no sólo aporta puntos, sino que también impide a las defensas rivales ocuparse sólo de parar a los hermanos Gasol.

Ahora toca descansar. El sábado España podrá pasear por Panevezys a la espera del primer partido grande. Los de Scariolo verán por primera vez la cancha llena. El rival será Lituania, un equipo mucho más serio y que juega en casa. El día que medirá a La Roja.

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