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España hipoteca su futuro después de empatar con Serbia

Los balcánicos equilibraron el choque en el último minuto, lo que convierte en vital el próximo partido ante Rusia.

EUROPA PRESS

La selección española no pudo conseguir el pase matemático a las semifinales del Europeo, que se está disputando en Portugal, después de empatar con Serbia (1-1) en la segunda jornada, lo que convierte en crucial el tercer partido del cuadro nacional ante Rusia, ya clasificada, del próximo miércoles.

El conjunto que dirige Venancio López, que se había impuesto a Ucrania en la primera jornada (6-2), sufrió un revés importante porque el triunfo, que fabricó y defendió durante 39 minutos, se escapó en el último instante y como consecuencia de un saque de esquina mal defendido.

Serbia encontró el empate en el último minuto, por medio de Rajic, quien aprovechó, libre de marca porque Javi Rodríguez se despistó, la cesión de un compañero para batir por bajo a Luis Amado. Un resultado ya inamovible que transformaba radicalmente el panorama del conjunto español, que se veía en semifinales antes de haber cerrado el encuentro.

Necesidad de ganar a Rusia para estar en semifinales 

Ahora España afrontará el partido con la complicada Rusia con más urgencias de las deseadas aunque también es cierto, por otro lado, que sería primera en caso de victoria. Serbia, por su parte, encontró un empate que ni siquiera buscó y queda tercera, con un punto y opciones de alcanzar las semifinales si vence a Ucrania de goleada y pierde España.

La selección nacional, notable en el primer acto, fue protagonista con el balón, con Serbia en diez metros y desechando la posibilidad de medirse a Luis Amado, salvo en contados contragolpes o acciones individuales de su mejor jugador, Peric.

Pero los serbios defendieron con bravura y entorpecieron lo suficiente la circulación española. Los de Venancio López no encontaron la chispa necesaria para acercarse a la meta del veterano Ranisavljevic. Su insistencia, en cambio, tuvo premio a dos minutos del descanso en un robo de Marcelo. El hispano-brasileño se sirvió del regalo de un zaguero rival para llevarse el balón y asistir a Andreu, que le acompañaba en el contragolpe, para que el menor de los Linares abriera el marcador.

Con el 1-0, España ralentizó su fútbol, perdió dinamismo en ataque y no pudo sentenciar ante una Serbia que tampoco modificó su dibujo. Los balcánicos ni siquiera utilizaron la opción de portero-jugador cuando faltaban pocos minutos y con la derrota estaban eliminados.

El final del partido se asomó con España, tranquila, dominando el balón y Serbia sin inquietar hasta la acción del último minuto. Un saque de esquina y una jugada brillante de los serbios que condicionan el futuro del equipo español, aunque siempre ha sido capaz de ofrecer su mejor versión cuando las circunstancias aprietan.

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