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España incendia París

El público francés se rinde a la roja, corea con olés su juego y pide a gritos la cabeza de Domenech

JOSÉ MIGUÉLEZ

Más de lo mismo también en Saint Denis. Más de la España poderosa y apabullante, también ante esta Francia confusa, mezclada sin criterio, mal, de músculo, revoluciones y una sola pizca de clase. Más de la apropiación insultante del balón, también cuando, en el primer tiempo, Xavi, el habitual jefe de todo, no estuvo en el campo.

Más de las ganas incontroladas de victoria. Más del poder de la roja, también cuando se viste de azul por exigencias de la mercadotecnia, por el afán de vender igual entre sus fieles la segunda camiseta. A cien días del Mundial, la selección sigue sin freno.

El público francés felicitó con elegancia su exhibición (también el himno español fue más respetado en París que cuando suena en sus propias finales de Copa), reconoció su superioridad y hasta la coreó con olés durantes algunas fases. También se desahogó con silbidos contra los suyos. Muchos hacia Henry, metido de lleno en su decadencia, hacia Ribery y hacia Anelka. Pero sobre todo hacia Domenech. Cuando el videomarcador ofrecía la imagen del seleccionador, la hinchada abroncaba. Y mediado el partido, reclamó su destitución.

Los goles de Villa y Sergio Ramos dan el triunfo a los de Del Bosque 

España pasó por encima. Gobernó la cita desde el primer minuto. Y eso que Francia salió con la determinación con la que descorcha su champán. Decidida a quitarle la pelota en su propio campo para tratar de llegar hasta Casillas sin gastar excesivos metros. Ribery fue el más enérgico, pero Arbeloa le defendió bien. No sufrió España en defensa, siempre atenta, siempre bien colocada, siempre blindada.

Duraron poco los soplidos locales. España los apagó a golpe de posesión y toque. El centro del campo masivo que Del Bosque desplegó sobre el césped anudó las intenciones francesas. Las variadas características de cada mediocampista formaron un todo fabuloso.

Xabi Alonso, colosal, llevó el mando; Cesc no paró, puso ayudas, desmarques y pases envenenados; Iniesta y Silva, electricidad, conducciones y soluciones de mago ante la presión de cuatro rivales a la vez, y Busquets, apoyos y salidas sencillas. España sacó de quicio a Francia incluso cuando no tuvo la pelota. Porque su mejor virtud fue la recuperación. Lass y su tropa no encontraron jamás el sitio ni la forma de dominar el balón.

El centro del campo masivo español deja sin habla y sin balón al rival 

España tuvo siempre el control de la situación. Utilizó la vía del goteo para fabricarse las ocasiones, la búsqueda calmada de la puerta rival, sin someterse nunca a urgencias, y se fue al descanso con la victoria ya en el maletero. La segunda parte la dedicó más bien a pegarse un baile sin ansia de más goles. Del Bosque fue repartiendo minutos y descansos y España se limitó a sobrarse con el balón y dejar sin habla a Francia, que ya saltó al campo con la bandera blanca izada. Y el público dictó sentencia: abucheó a los suyos y coreó al rival. España salió a hombros de París.

Francia: Lloris; Sagna, Ciani, Escudé, Evra; Lass, Toulalan; Ribery (Malouda, m.73), Gourcuff, Henry (Govou, m.64); y Anelka (Cisse, m.76).

España: Casillas; Sergio Ramos, Puyol (Albiol, m.46), Piqué, Arbeloa; Busquets, Xabi Alonso (Senna, m.63); Silva (Güiza, m.81), Cesc (Xavi, m.46), Iniesta (Navas, m.63); y Villa (Torres, m.46).

Goles: 0-1. M.20. Iniesta pasa vertical a Silva, el valencianista no llega y la pelota se cuela libre por entre la defensa, llega suelto para Villa, que bate por bajo. 0-2. M.45. Xabi le roba un contragolpe a Gourcuff, abre para Sergio Ramos, que recorta en la esquina derecha del área y remata con la izquierda.

Árbitro: Thomson (Escocia). Amarilla a Sergio Ramos.

Saint Denis: 80.000 espectadores. Amistoso preparatorio del Mundial. Se guardó un minuto de silencio por las víctimas del terremoto de Chile.

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