España pasa de la calma tirolesa a la locura vienesa

La selección española ha abandonado su 'cuartel general' de Neustift, ciudad en la que ha trabajado con total tranquilidad en un paraje idílico entre montañas del Tirol, para pasar al calor asfixiante de una gran ciudad, como Viena, que les recibió con 30 grados de temperatura.

España ya no abandonará Viena hasta que que ponga el punto y final a su participación en la Eurocopa 2008. A primera hora de la mañana se despedía con melancolía, del paraje donde todo lo planificado se ha cumplido a la perfección.

La selección encontró en Neustift tranquilidad, buenos campos de entrenamiento, amabilidad de los aficionados locales, un hotel en el que se respiraba paz y un clima perfecto entre los valles de Stubai. Nunca el calor fue un problema.

21 días después de su llegada, la selección se despidió de Neustift y voló rumbo a Viena, ciudad en la que derrotó a Italia en los cuartos de final. Aterrizó alrededor de las 13.00 horas y se dirigió con rapidez a un nuevo hotel de concentración.

Pese a que hace unos días estuvo en un hotel de lujo pegado al Danubio, la rapidez del rival en semifinales, Rusia, para reservarlo, ha provocado que España haya cambiado de planes y se ha alojado en el Hilton.

Tras la comida y la hora de siesta, Luis Aragonés ultimará los detalles del partido de semifinales, con un entrenamiento en el escenario del duelo, el Ernst Happel. En principio, el seleccionador tiene en mente repetir su equipo titular ante Rusia.