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Mientras España teme la crisis, Francia lo hace de la Roja

En el país vecino la marca España es fútbol y crisis. Eso sí: muy pocos confían en ganar a esos bajitos que venden camisetas en París y que tienen la pelota cosida al pie

JESÚS MORENO ABAD

Igual que España teme la llegada de esos señores de negro de la UE que mencionaba el ministro Cristóbal Montoro, en Francia se arropan hasta los ojos cuando les hablan de la llegada el sábado de unos señores bajitos. De ésos que visten de rojo y se les pega la pelota al pie hasta la viscosidad, dicen. Que han ganado las últimas ediciones de la Eurocopa y el Mundial. Así, ante el choque de las dos selecciones, en Francia es mayoritario el pesimismo... aunque aguardan ansiosos el partido, escondiendo una íntima esperanza de victoria. Y es que al final la France c'est la France.

Si Foucault dijo que la política era la guerra por otros medios (invirtiendo lo escrito por Clausewitz un siglo antes), se puede decir que ese papel lo cumple ahora el fútbol en Europa... si nos olvidamos por un segundo de la artillería de las finanzas y las primas de riesgo. Así, se puede adivinar una liturgia de ejércitos con las caras pintadas, con sus himnos y tambores, con su fanfarronerías y sus sentimientos de bandera. Y ahora que es el tramo decisivo de la Eurocopa, en París se libra una guerra diaria.

'¿Juega Francia?', preguntan. Pero no, no juega Francia. Juega cualquieraNo es extraño ver estos días a quienes pasean melancólicos por los márgenes parisinos del Sena, ser sorprendidos por los ecos estruendosos de un gol llegados de todas partes. De bares o de la pantalla gigante que se coloca frente a la Torre Eiffel. '¿Juega Francia?', preguntan. Pero no, no juega Francia. Juega cualquiera. Y es que la capital francesa es el mundo en pequeñito: 28 millones de turistas la visitan cada año y numerosos inmigrantes trabajan entre los dos millones de parisinos establecidos y los otros cinco millones que se alojan en la corona que bordea la ciudad. Por eso, en París, siempre juega la selección. La que sea.

Y en esa festividad futbolera de la capital, reciben el España-Francia de hoy. Para hacerse una idea de los ánimos galos basta ver la encuesta digital realizada por L'Equipe, el periódico deportivo de referencia en el país vecino: un 56% de los internautas galos piensan que Francia no va a ganar. Y alguno añade en los comentarios: 'Yo he respondido que sí vamos a ganar, pero por mantener algo de esperanza, más que por otra cosa'.

El tono en las tertulias trasluce algo de bajón debido a la derrota ante Suecia y los enfrentamientos dentro de la plantilla bleuA la esperanza se agarran muchos en estos momentos. Pones la televisión y hay tertulia futbolera. El tono trasluce algo de bajón debido a la derrota ante Suecia y los enfrentamientos dentro de la plantilla bleu. De pronto, un comentarista dice: 'Los españoles también estaban muy crecidos en 2006'. Y todos se animan.

Continúa pues: 'Ese día querían jubilar a los nuestros y Zidane, Thuram, Henry, Vieira y compañía les enseñaron a jugar al fútbol como los adultos', sonríe malicioso. Entonces otro reflexiona, casi como un suspiro: 'Sí, pero esos ya no están y los jugadores españoles ya son unos hombres'. Silencio. El tono vuelve a bajar. '¿Y Cristiano?, qué monstruo, ¿eh?'. Fin de la tertulia.

Hay una gran admiración y respeto por la selección española en Francia. Entras en una imprenta a preguntar por el partido y Bernard, de 35 años, dice raudo: 'Boucherie'. Es decir: carnicería. No confía mucho en la victoria francesa. Eso sí, cuando se entera de que la pregunta es para un periódico español, enseguida recompone la dignidad francesa: 'Todo puede pasar, también decían en 2006 que iban a jubilar a Zidane y mira'.

A su lado, su compañero Fred se muestra tan poco confiado como él, y te habla del impacto del fútbol del combinado español: 'Mi hijo de siete años se ha empeñado en que le compre la camiseta española de Iniesta, ya tenía la de los bleus pero ¡qué se le va a hacer!', dice divertido.

La verdad es que de un tiempo a esta parte es habitual ver a los chavales franceses jugar al fútbol en los parques con camisetas de la Roja. Muchos quieren ser Iniesta, Torres o Casillas; igual que en otros tiempos soñaban con emular a Ronaldo o a Maradona. Los bajitos están de moda, son una de esas cosas que llaman la marca España.

La economía se mezcla en las conversaciones futboleras: 'Sería divertida una final de España y Grecia'Pero cuando hablas de España en Francia es inevitable que la conversación frecuente otros caminos. Una jubilada mira a este redactor y dice con considerable mal humor: 'Lo que tenéis que hacer es pagar impuestos, como hacemos aquí'. Y otros: 'Están las cosas difíciles por ahí, ¿eh?'. La crisis y el rescate financiero también es ya marca España. Y en esas conversaciones, Sophie y Delphine -dos chicas con poca pinta de que les guste el fútbol- te acaban diciendo, mientras comparten unas cervezas: 'Sería divertida una final de España y Grecia [que se enfrenta a Alemania]'. Lo ven como justicia poética en estos tiempos en los que ni el fútbol puede lograr que no se hable de la crisis.

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