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Estilos opuestos

PORTUGAL-ALEMANIA: El primer partido de cuartos de final expone el regate de Ronaldo frente a la eficacia de Ballack.

L. J. MOÑINO


Regate contra eficacia. Cristiano Ronaldo versus Ballack. Dos jugadores que resumen los estilos de las dos selecciones que abren los cuartos de final. El primero es la bandera de la escuela de extremos que ha parido Portugal en los últimos años.

El sucesor de Figo multiplicado por la enésima potencia, que no es otra que el valor del gol. Un filigranero reconvertido a destajista del área cuando se ahoga en la banda. Tan pronto se mancha las botas de cal mientras deja a su marcador con la cintura en postura de yoga como aparece por el área para helar al portero. Quedan ya pocas dudas de la capacidad de Cristiano Ronaldo para embestir esta clase de partidos y competiciones. Si le machacan por que no le sale un regate, se eleva por encima de las críticas con un gol.

Enfrente de sus virtudes se encuentran las de Ballack, ya en la recta final de su carrera, pero con el hambre de un juvenil porque no ha rascado un gran título continental ni mundial. Por eso, las estadísticas dicen que es el jugador alemán que más kilómetros recorre en esta Eurocopa. Ballack está a un paso de bajar los mismos que escalones que Matthäus, Sammer o Thon. Enormes centrocampistas en la llegada que acabaron sus últimos días ejerciendo de elegantes líberos en el corte y en la salida del balón. Una posición cómoda para esconderse del paso del tiempo. Para ver y hacer jugar. Eso siempre lo ha hecho muy bien Ballack.

Tampoco anuncia su grandilocuencia, como el portugués, que cuando recibe ya se sabe qué sucederá: regate o regate. Ballack recibe, levanta la cabeza, mide y pasa. Si no, despliega su elegante zancada hacia el frente y se prepara para matar por la espalda y siempre derecho.

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