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Los faraones perpetúan su dinastía

Egipto gana en la final a Ghana gracias a un solitario gol de Gedo en el 85 y conquista su séptima, tercera seguida, Copa de África

AGENCIAS

Egipto y Copa de África se han convertido en sinónimos. El dominio de la selección egipcia en el continente ha escrito una nueva página en el estadio 11 de noviembre de Luanda al conquistar ante Ghana su tercer título africano consecutivo (1-0).

El gol de Egipto, a falta de cinco minutos para el final, fue una obra maestra. Una jugada de toque por la izquierda entre sus dos mejores hombres del campeonato: Zidan, el delantero del Rennes, y Gedo, que recibió un pase magistral de su compañero para resolver con una clase excepcional, colocando la pelota cruzada, lejos de los guantes de Kingson.

Fue lo mejor de un partido que resultó menos atractivo de lo esperado pero que no careció de emoción pese al sopor de los primeros 45 minutos. Un disparo de Asamoah en el minuto 23, un tiro lejano, de 30 metros, raso y por el centro de la portería, fácil para El Harady, fue todo lo que pudo rescatar el realizador de televisión para resumir la primera parte. Poca cosa para toda una final.

Los miedos de una final y el juego antagónico de ambos contendientes restó espectáculo a la cita. Ghana cerrada como una ostra cuando Egipto atacaba a la espera de la contra y los 'Faraones' recurriendo sin escrúpulos a faltas tácticas cuando sus rivales querían correr y dar así tiempo a sus carrileros a regresar.

La consecuencia es que los muchachos de Milovan Rajevac, el equipo más joven de la historia en llegar a una final, con una media de 23 años, recurrieron demasiadas veces al fútbol combinado, sacrificando su mejor baza, con la que más disfrutan y la que los hace diferentes: el contraataque.

Y Egipto, a su pesar, se vio en demasiadas ocasiones acumulando a más de medio equipo por detrás del balón. Acabó la primera parte sin disparar entre los tres palos tras haber cometido diez faltas. El mundo al revés.

De hecho, tras el descanso, los 'Faraones' vieron tres amarillas en diez minutos escasos, uno de ellas, a Moawad, por cortar un pase con la mano en pleno despliegue de Ghana.

Ahora bien, como el 'status quo' no sirve en una final, con el paso de las minutos, ya en la segunda parte, el partido se fue desatando, entre otras cosas porque Hassan Shehata movió el banquillo, sentó a Maowab y dio entrada a Andel-Shafi, con lo que el dibujo de Egipto varió.

Las especulaciones sesudas dejaron paso a la víscera, y en ese intercambio de golpes Ghana comenzó a mostrarse superior y a rondar la portería de El Hadary.

La tuvo Gyan en un disparo lejano desde el vértice del área, lo intentó Annan tras un centro de Inkoon al que no llegó, e incluso Ayew, que cayó ante Said reclamando penalti.

En todo caso, faltas lejanas, balones al área y algún rechace, pero siempre con poca imaginación.

Exactamente la que sí tuvo Egipto a cinco minutos del final, con la jugada que le dio a Gedo, quien llevaba poco más de diez minutos sobre el terreno de juego, su quinto gol, el galardón de máximo artillero del torneo y el título, el tercero consecutivo de Egipto y el séptimo de su palmarés.

Nadie ha ganado en más ocasiones el campeonato que Egipto, la mejor selección del torneo con diferencia. 'Los Faraones' se van con 15 goles a favor, dos en contra, seis victorias y un nuevo trofeo, que por apuesta y juego merecieron como ningún otro. El fútbol fue justo esta vez.

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