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El fútbol de Ander derrota al Tenerife

El Zaragoza fue inferior y no mereció la victoria

PEPE GARCÍA-CARPINTERO

La ley de Marcelino confunde a una grada acostumbrada al fútbol preciosista. Antes, en La Romareda, se jugaba al fútbol de toque, con pases precisos que le daban una frenética velocidad al juego.

De ese fútbol que lideraban Aragón, Poyet, Pardeza... no queda ni rastro. Sólo cuando Marcelino dio su brazo a torcer, los maños ganaron al partido. Fue sacar a Ander, un imberbe chaval con caminar desgarbado y que pasó su infancia (es hijo del secretario técnico), junto a esos grandes héroes de la Recopa, y el Zaragoza sacó el partido adelante

Tres minutos le bastaron para recibir un pase de Ayala entrelíneas y regalar a Uche un pase que provocó la jugada del gol de Arizmendi. Un tanto que dejó sin premio a un Tenerife que fue superior, pero que no aprovechó la tozudez de ese fútbol tan rácano.

El fútbol antes de Ander es el del patadón sin rubor de Ayala y en el que campan los trotones sin sentido como Aguilar.

Cuando el Tenerife vio las carencias, empezó a encontrarse cómodo. Nino, viendo que Ponzio y Laguardia eran laterales reconvertidos, caía a banda llevándose a Ayala de excursión y abría espacios para que Richi y Kome aprovecharan el fútbol de Román.

Fue el mejor rato de fútbol, pero no tuvo premio. La figura de Carrizo emergió y ahí se vio que el argentino está llamado a ser uno de los metas con más trabajo de la Liga.

El Tenerife perdonó

El Zaragoza menguaba y la grada sufría. Un recorte mágico de Kome, dejó tirados en el suelo a Ponzio y Pablo Amo, pero Carrizo volvía a convertirse en un gigante para sacar al chicharrero el mano a mano. La superioridad era insultante y Aragoneses vivía plácidamente. Sólo tres disparos de Ponzio le habían hecho estirarse. Ahí, cuando los pitos comenzaban a atronar en el Ebro, Marcelino tiró por tierra la disciplina y decidió que la magia ganara el partido.

El Tenerife enloqueció. Ver que un chaval les cambiaba el orden del partido, les desquició. Alfaro y Ricardo acribillaron a patadas a Ander, para evitar su fútbol. Oltra chillaba, pero ya era demasiado tarde. El Zaragoza se creía importante creando jugadas, divirtiendo a la grada, destilando un fútbol que tuvo encorsetado durante una hora. Marcelino dice estar satisfecho por los tres puntos, pero sin halagos al nuevo ídolo naño. Y es que el fútbol había vuelto a ganar a la disciplina

Zaragoza (1): Carrizo; Laguardia, Ayala, Pablo Amo, Ponzio; Pennant (Ander, m. 70), Gabi, Aguilar (Babic, m. 70), Jorge López; Arizmendi y Uche (Obradovic, m. 88).

Tenerife (0): Aragoneses; Bertrán, Luna, Martínez, Bellvís; Ricardo, Román (Omar, m. 62); Alfaro (Ángel, m. 81), Richi, Kome (Saizar, m. 86); y Nino.

Goles: 1-0. M. 73. Arizmendi aprovecha una confusión en el área y marca. Árbitro: González. Amonestó a Luna, Román, Bellvís, Arizmendi, Martínez y Nino.

La Romareda: 20.000 espectadores.

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