Este artículo se publicó hace 16 años.
García Cuesta, nuevo seleccionador de balonmano
Ocupará el cargo hasta que concluya el proceso electoral previsto para el último trimestre del año
Javier García Cuesta, natural de Mieres (Oviedo), de 61 años y actual director técnico de la Federación Española de Balonmano (RFEBM), será el nuevo seleccionador de España para afrontar los próximos compromisos oficiales previstos para el mes de octubre. García Cuesta, un hombre de "la casa", según la RFEBM, toma el relevo de Juan Carlos Pastor, cuyo contrato expiró tras los Juegos de Pekín, en donde España logró la medalla de bronce.
El nuevo seleccionador ocupará el cargo temporalmente, hasta que concluya el proceso electoral a la presidencia de la RFEBM. Este proceso está previsto que se desarrolle durante el último trimestre del año.
García Cuesta confeccionará su primera lista antes del próximo 26 de octubre, para la concentración de España previa a las dos primeras jornadas de la fase de clasificación para el Europeo de Austria 2010. España jugará el miércoles 29 de octubre frente a Chipre y, el segundo encuentro se jugará el 2 de noviembre en Ucrania.
El acuerdo de García Cuesta con la RFEBM para desempañar nuevamente este cargo estará en función del proceso electoral.
España está clasificada para disputar el próximo Mundial de Croacia, a finales de enero de 2009, pero la continuidad de García Cuesta estará relacionada con el candidato que finalmente resulte elegido como presidente de la Federación.
García Cuesta afrontará su segunda etapa como seleccionador español, pues ya desempeñó este mismo cargo entre 1989 y 1993.
Ese primer capítulo de García Cuesta al frente del equipo nacional incluyó un quinto puesto en el Mundial de Checoslovaquia'90 y en 1992, el año de los Juegos Olímpicos de Barcelona, acudió a la Copa del Mundo que se disputó en Suecia. España llegó a las semifinales. Después de esa buena clasificación, el preparador asturiano prometió una medalla para los Juegos, pero el resultado final no fue el prometido.
El quinto puesto olímpico no fue suficiente de acuerdo con las espectativas, ya que sólo igualaba a la actuación en Moscú en 1980, aunque superase a las clasificaciones de Los Ángeles'84 y Seúl'88. Esa plaza final en los Juegos organizados en "casa" no cubrió las espectativas depositadas en la selección de balonmano y meses después García Cuesta cesó de sus funciones.
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