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La gloria en medio metro de oro macizo

Historia del trofeo que entrega Mandela

CARLOS F. BLANCO

Mide 50 centímetros, pesa seis kilos y viaja en un lujoso estuche diseñado expresamente por Louis Vuitton. Van Bronckhorst o Casillas recibirá esta noche de manos de un mito de la humanidad, Nelson Mandela, el trofeo de campeón del mundo. El capitán de Holanda o el de España elevarán la copa hacia el negro cielo de Suráfrica y un octavo país inscribirá para siempre su nombre en la historia del fútbol.

El Trofeo de la Copa Mundial de la FIFA, que así se llama, cumple 36 años. Nació en 1974 y sustituyó al Trofeo Jules Rimet, vigente de 1930 a 1970, originalmente llamado Victoria y renombrado en 1946 en honor al entonces presidente de la FIFA. Construido de plata chapada en oro, tenía la forma de una copa octagonal sostenida por Niké, diosa alada griega de la victoria.

Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-45), el trofeo fue conservado por Italia, campeón en 1938. El presidente de la Federación azzurra lo sacó en secreto de un banco de Roma y lo escondió en una caja de zapatos bajo su cama para impedir que los nazis se apoderaran de él.

En marzo de 1966, cuatro meses antes del inicio de Mundial de Inglaterra, la Copa fue robada durante una exhibición pública en Londres. Siete días después, un perro la encontró en un jardín de la capital británica envuelta en un periódico. A raíz de ese suceso, la FIFA creó una réplica, usada en celebraciones posteriores. En 1970, Brasil logró su tercer título y, según estipulaban entonces las reglas del torneo, ganó el trofeo a perpetuidad. Trece años después, durante una exhibición, fue robado y jamás apareció.

La copa actual, diseñado por Silvio Gazzaniga en 1974, no puede ser ganada en propiedad. El país campeón, cuyo nombre se graba en la parte inferior, la conserva durante los cuatro años siguientes a su triunfo. Alemania, Argentina, Italia, Brasil y Francia tendrán hoy nuevo compañero de placa.

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