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Otra goleada con dudas

El Madrid volvió a golear gracias a una incontestable pegada pero su fútbol sigue sin enamorar al Bernabéu. Raúl, una vez más, marcó la senda del triunfo al hacer los dos primeros goles

HUGO JIMÉNEZ

Precisamente sin sus dos principales referentes sobre el campo (Cristiano Ronaldo y Kaká), el Madrid hizo el mejor fútbol de la temporada, al menos durante el primer cuarto del choque. Apenas necesitó de 18 minutos para sentenciar el partido y mandar un mensaje de autosuficiencia a sus detractores. El Madrid, además, comenzó cambiando la tendencia de los últimos encuentros y dominaba por completo la pelota. A base de tocar y tocar el Madrid se gustaba y comprobaba que ése debe ser el camino a seguir.

Lo que no varió fue la pegada. El conjunto blanco volvió a exhibir su punch y en 18 minutos ya había mandado a la lona al Valladolid (2-0). Y lo hizo con su golpe más característico: Raúl. El capitán quiso celebrar sobre el césped que este sábado se convertía en el jugador que más partidos ha disputado con el Madrid, 711, y se regaló dos goles. Teniendo al Valladolid como rival, Raúl no podía faltar a su cita con el gol. El conjunto pucelano es una de las víctimas favoritas del 7, le ha marcado 17 goles hasta hoy, y estaba claro que Raúl volvería a dejar su huella.

Su primer gol, a los 13 minutos, fue un calco de otro que le marcó hace dos temporadas a los pucelanos. Tras una buena jugada al primer toque, el balón le llegó a Granero en la banda derecha. El Pirata levantó la cabeza y vio como el capitán tiraba un desmarque en el área pequeña. Granero la puso y Raúl resolvió de catálago. El 7 taconeó sutilmente el esférico, y este se alojó en la red de Jacobo.

Cinco minutos después, se cambió de banda y de asistente, Marcelo, pero el definidor fue otra vez el mismo: Raúl. El capitán culminó con la derecha, desde la frontal, un regalo en forma de pase del lateral brasileño.

El Madrid se divertía a la vez que el partido moría. Pero Nauzet recordó a los blancos que el Valladolid no se había marchado todavía. El canario marcó un libre directo magistral, que se coló por la escuadra izquierda de Casillas. Aparecieron entonces los nervios y el Madrid pasó sus peores minutos. Perdió la posesión, y el Valladolid merodeó peligrosamente el área blanca.

Echado sobre las espaldas de un majestuoso Granero, que recibió el indulto de Pellegrini, el Madrid trataba de enderezar el rumbo, pero no era suficiente. Rozando el descanso llegó de nuevo la calma con el 3-1, obra de Marcelo. El brasileño se perfiló desde la banda izquierda y se sacó un derechazo, con rabía, que puso de nuevo tierra de por medio en el marcador.

Quedaban 45 minutos y el Madrid sólo tenía que nadar a favor de corriente y guardar la ropa. Pero la retaguardia sigue siendo la asignatura pendiente para los blancos. Un desajuste defensivo de Pepe y Ramos propició que Marquitos se quedará solo ante Casillas y definiera con el exterior. Otra vez el Valladolid rondaba el empate, y el Bernabéu enmudecía.

El Madrid carecía de un líder, y Pellegrini tiró de Kaká e Higuaín. Sacó su artillería pesada y obtuvo resultados. A falta de algo menos de 15 minutos Higuaín recibió un pase de Xabi Alonso y definió con una vaselina. Al Madrid le escasea el fútbol, pero sigue sobrándole pegada.

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