El día empezó con la sentencia de Xavi en los papeles. 'Respeto mucho a Mourinho pero para mí el que quedará en la historia es Guardiola. O (Arrigo) Sacchi, o (Johan) Cruyff, y también (Alex) Ferguson. Han dejado algo más, han creado un sistema de juego diferente de lo que existía, y además han ganado', aseguraba el candidato al Balón de Oro en una entrevista al diario francés L'Equipe. Pep había llegado al Camp Nou con esas palabras guardadas en su silencio. Metabolizadas dentro de ese look que le genera seguridad. Vestido con traje oscuro, el tono con el que busca el carma. La noche, sin embargo, llegó excitada con la reflexión de Xavi. Explotó pronto bajo la aportación de Guardiola al fútbol. Una partitura de autor en la que el técnico de Santpedor reparte arreglos entre pasado y presente.

'Quería dedicar esta victoria a Charly Rexach y Johan Cruyff porque fueron los primeros que plantearon esto. Somos muchos los que, en 20 años, nos hemos alimentado de ello. Estamos orgullosos porque el mundo nos ha visto ganar cómo queríamos ganar', reflexionaba Pep, antes de filosofar sobre el trasfondo de la goleada. 'El hecho de ganar con los de la cantera, como pasa cada semana, parece que pierde valor. Pero no creo que haya otro equipo en el mundo que crea tanto en la gente de casa. Es el éxito de entrenadores antiguos, presidentes antiguos, de scoutings de quienes encontraron a Xavi de pequeño, a Iniesta de pequeño'.

Cuestionado sobre las diferentes realidades entre Madrid y Barça en la actualidad, Pep no entró a juzgar, simplemente volvió a extenderse en sus planteamientos. 'No es que esta idea valga y la otra (por la del Madrid) no valga. Lo que pasa es que aquí, desde hace mucho tiempo, intentamos seguir una línea. Hemos sacado mucha gente de esta casa, convencidos de esta manera de jugar. A la gente que viene se tiene que integrar en esta idea'.

Un modelo de club que inundó el discurso de Guardiola, mientras Puyol contenía la euforia sobre el epílogo del campeonato. 'Hoy -por ayer- no se ha ganado la Liga. Simplemente, nos ha salido todo bien y a ellos no. No es un golpe moral para el Madrid, lo es para nosotros. Yo sé lo que es perder 4-1 y lo superarán', comentaba el capitán, que dejó en el césped los empujones, insultos y golpes con Ramos, su compañero en La Roja. 'El partido se ha acabado', cerró.

Mientras, Guardiola, entre sorbo a su botella de agua, hacía esfuerzos por no dibujar la sonrisa. 'Estoy muy contento porque nos lo hemos pasado muy bien y eso es lo que da sentido a nuestro trabajo', explicaba el técnico catalán que buscó, en todo momento, evitar polémica en sus palabras. 'No jugamos para dar mensajes. Solo intentamos ganar todos los partidos'. Sobre su rifirrafe con Cristiano, Guardiola fue lacónico. 'Son cosas que pasan en el juego'.

'No, no ha sido fácil', resumía Guardiola su visión de la goleada. 'El resultado no lo esperaba evidentemente porque nos enfrentábamos a un equipo al que le hacen pocos goles'. Tras el partido y los halagos, llega otro reto. 'A ver si somos capaces de abstraernos de los elogios que recibiremos para competir en Pamplona como se tiene que hacer', insistía Pep. Sin embargo, entre sus jugadores, la noche seguía sonando a baile. 'Nos ha salido un partido para disfrutarlo, pero, en ningún caso, este resultado nos va a dar el título', razonaba Iniesta. Cerca de él, Alves aún seguía con el ritmo de la música que había puesto en el vestuario.