Este artículo se publicó hace 12 años.
El hijo del carpintero
Mendilibar, técnico vocacional, vive una luna de miel con Osasuna
Hijo de un carpintero de Abadiano, Mendilibar es padre de tres jóvenes de entre 26 y 18 años que le ayudan a comprender la psicología de los futbolistas. "Tenía 24 años cuando empecé a pensar qué hacer sobre el campo". En su lenguaje existe esa didáctica en la que puede influir su mujer, profesora de inglés. Y su oferta como entrenador no admite la tortura de lo preconcebido. Exigente y a la vez próximo, entiende que "si se entrena a tope, uno no debe tener distancias en el trato con los futbolistas". Por eso no rehúye compartir una cerveza a mediodía. "Si viene bien, ¿por qué no vamos a tomarla?" Y, a pesar de esa convivencia, Mendi nunca dejará de decirles lo que piensa. "Nos falta alguien con mala uva". Pero no se lo echará en cara. "Cada vez hay menos gente con capacidad de mando". Y ya no se lo va a pedir a Puñal, porque sería enfrentarse a la naturaleza. "Si no lo ha hecho con 36 años, es complicado".
Su vida como entrenador es pura vocación. A las nueve de la mañana está en Tajonar y no se marcha hasta las dos. Las tardes no sale de casa preparando ideas para sorprender al futbolista en los entrenamientos. "Si no entrenas como quieres jugar, es casi imposible competir". El destino le respalda. "La gente se entrena bien. Incluso, a veces hay que pararla". Sólo es cuestión de la psicología que Mendilibar aprendió en el Sestao con Irureta. "Sí, es verdad que heredé muchas cosas suyas". El resultado es un técnico que tiene mano con los jóvenes. En el pasado conoció a gente muy acreditada como Silva, Pedro León, Iraizoz o Joseba Llorente cuando eran promesas. "Yo no descubro a nadie, sino que son ellos los que tienen condiciones", replica el técnico, que acaba de inventar un nuevo Osasuna, en el que los mayores no impiden el paso a los jóvenes. Andrés Fernández ha acabado con Ricardo en la portería. Roberto Álvarez ha entrado en ataque. Satrustegui ha impuesto una nueva legislación en defensa. Expulsado en sus dos primeros partidos, el entrenador, tras corregir su impaciencia, veneró su valentía.
En realidad, Mendilibar no sólo tiene una responsabilidad con los resultados. También con la cantera, que se prepara en Tajonar, de 80.000 metros cuadrados, desde que el presidente Fermín Ezcurra lo edificó en 1982. De allí salieron Ziganda, López Vallejo, Puñal, David López, Orbaiz, Monreal o Azpilicueta, que demuestran que "el fútbol también es de los jóvenes".
Y en esta luna de miel que Osasuna vive ahora, quinto y con 25 puntos, también se confirma. Sus salarios no justifican una clasificación tan eficaz. Tampoco futbolistas como Nimo o Cejudo, pura economía de guerra; e Ibra o Raúl García, inservibles para el Atlético. Así que el secreto está en otra parte. "No es cierto que el jugador sólo sea mercenario y mire su dinero", sentencia Mendilibar. "El que viene de Sevilla con 25 años puede ser tan profesional como el navarro".
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