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Huracán Nilmar

El brasileño da alas al Villarreal con dos goles en los últimos 20 minutos

SALVA TORRES

El Bayer Leverkusen tiene altura: una media de 185 centímetros. Pero lo entrena Jupp Heynckes. De su paso por el Tenerife, Athletic y Real Madrid se sabe su gusto por el buen trato de balón, la presión constante y un fútbol incisivo ajeno a los toques de trompeta. Por eso no sorprendió que el conjunto germano saliera sin las prisas del abordaje, pero dejando constancia de que ahí quien mandaba era él. Y mandó. Pero no contó con Rossi y Nilmar, que le amargaron la noche con tres destellos de clase. Sin jugar como suele, el Villarreal exprimió el zumo que sacaron sus delanteros. Si Rossi fue determinante en la primera mitad, Nilmar fue el sepulturero de las ilusiones bávaras. Su gol en el minuto 90 fue un puñado de tierra en el Bay Arena.

El Leverkusen no paró hasta adelantarse en el marcador. Fue un lento crescendo: primero, Vidal, luego, Derdiyok y, por último, el brasileño Augusto, lanzando soberbio una falta que despejó con la yema de los dedos Diego López. Así, hasta que el lateral Kadlec cogió el balón, avanzó por el pasillo que le abrieron y lanzó duro y colocado desde fuera del área. Un gol de pura lógica: el Bayer Leverkusen se comió al principio a un Villarreal tímido, desconcertado, al que no le duró el balón en los pies ni el intervalo de un parpadeo.

Lo peor no fue ese tanto, sino la sensación: sobre el Bay Arena sólo existía un equipo con patrocinio y nombre de aspirina. Garrido lo pasó mal: las opciones, ya lo dijo, pasaban por defender bien y marcar un gol. Falló lo primero, pero Rossi se aferró a lo segundo. Fue lo poco bueno que hizo el Villarreal en toda la primera parte. Marchena vio el agujero que dejó la retaguardia alemana y metió para el italiano, que definió como suele, con su exquisita zurda.

El gol de Rossi fue como una pepita de oro encontrada en medio del lodazal. Y a él se engancharon los amarillos. Si antes del empate el Villarreal ni pudo ni supo quitarse de encima el dominio del Bayer, luego tuvo razones sobradas para defenderse como gato panza arriba. No estuvo nunca cómodo el equipo castellonense, pero cuenta con dos perlas delante. La entrada del gigantón Kiessling añadió más metros, más miedo por alto, pero la misma insistencia de Heynckes por el juego raso, donde el chileno Vidal marcó la pauta.

Fue un partido con los papeles cambiados, porque hiló más fino el Bayer, siendo el Villarreal un equipo de trazo más grueso. Y el disfraz no le fue del todo mal: tiene a Rossi y, cuando este se fue agotado, salió Nilmar para imitar y superar al italiano. Aprovechó su regate y alguna que otra carambola para adelantar sorprendentemente a los amarillos. Luego empató Castro, pero el delantero brasileño del Villarreal, no contento, sacudió el Bay Arena con la puntilla final. El Bayer terminó con dolor de cabeza.

2 - Bayer Leverkusen: Adler; Vida, Schwaab, Reinhartz, Kadlec; Vidal, Rolfes (Bender, 89); Sam (Jörgensen, 76), Renato Augusto, Castro; y Derdiyok (Kiessling, 46)

3 - Villarreal: Diego López; Mario, Gonzalo Rodríguez, Mussachio, Catalá; Marchena, Bruno, Borja Valero, Wakaso (Cazorla, 62); Ruben (Oriol, 83) y Rossi (Nilmar, 69).

Goles: 1-0, min 33: Kadlec. 1-1, min 42: Rossi. 1-2, min 70: Nilmar. 2-2, min 72: Castro. 2-3, min 94: Nilmar.

Árbitro: Paolo Tagliavento (Italia). Mostró tarjetas amarillas a Vidal, Mussachio, Wakaso y Catalá.

Incidencias: partido de ida de los octavos final de la Liga Europa disputado en la Bayer Arena ante 19.000 espectadores.

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