Después de anunciar en los primeros giros en cabeza del pelotón que estaba para ganar y que esta vez sí tenía una selección entregada a él, a Freire le dio por relajar las piernas en la séptima vuelta. Se descolgó a cola del pelotón para tomarse un respiro, pero relajó la táctica de carrera. Un error que le condujo a otra nueva decepción en su intento de hacer historia con la conquista del cuarto maillot arcoiris. Se lo enfundó el noruego Hushovd, que, sin selección para dominar la carrera, la ganó a la contra. Tapado. Sin dar una pedalada de más esperando que belgas, españoles e italianos le llevaran en carroza hasta el desenlace final. Así fue.

Estaban esperando a Freire para la emboscada y se la tendieron en el único momento posible, cuando decidió descolgarse al fondo del pelotón para economizar fuerzas y dar descanso a sus piernas con desarrollos más ligeros. Freire se quedó cortado y tuvo que iniciar una cacería que acabó pagando. El cuarteto de Tamayo (Colombia), Rodríguez (Venezuela), Brammaier (Irlanda) y Kvachuk (Ucrania), los primeros fugados del día, no preocupaba, pero sí el numeroso grupo que quedó entre medias del cántabro y los cuatro escapados. En ese pelotón intermedio de una treintena de corredores sí estaban Gilbert y Pozzato, dos amenazas serias. Freire, ayudado por Luis León y Samuel Sánchez, inició una caza frenética en la que se desgastó él y también las dos grandes bazas que tenía el equipo español si el Mundial se ponía a tiro de aventuras anárquicas.

A falta de vuelta y media conectaron con Pozzato y Gilbert. Tras varias escaramuzas finales, se lanzó el sprint y a Freire no le respondieron las piernas. Relajarlas le costó quemarlas antes de tiempo. Hushovd, por frescura de cabeza y piernas, fue oro, el danés Breschel, plata y el australiano Davids, bronce.