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La identidad del Villarreal

Pellegrini se enfrenta a su propio molde

LADISLAO J. MOÑINO

Juan Carlos Garrido (Valencia, 40 años) no era Pedro Delgado con la barbilla a escasos centímetros del tubular negociando al límite las curvas del Peyresourde, pero en El Puig, donde entrenó y dirigió la escuela de fútbol antes de ser captado para la del Villarreal, aún le recuerdan como el 'loco de los Pirineos'. Con 23 años, los mismos que tenía Delgado cuando se ganó aquel apodo para la historia e intuyó que tenía un Tour en sus piernas, Garrido revolucionó a padres y madres de El Puig. Él presintió que lo suyo era ser entrenador de Primera División.

La familia Roig eligió a Garrido para poner en marcha su proyecto

Aparentemente, programar un stage de pretemporada de una semana en los Pirineos entra dentro de lo previsible en un club de élite. Pero no era ni es lo normal en un equipo juvenil de la segunda regional valenciana sin presupuesto para esas rutinas del profesionalismo. 'Aquello fue la bomba en El Puig, decían que estaba loco. Él mismo buscó los recursos económicos para que los juveniles pudieran realizar esa pretemporada en los Pirineos. Desde un principio, buscó entrenar cómo si estuviera en la élite, aunque aún estaba en el nivel 2 y tenía bajo su mando chavales de 17 o 18 años', cuenta Fernando Salvador, actual coordinador de la Escuela de Fútbol de El Puig y compañero de promoción en el curso de entrenadores del actual técnico del Villarreal.

'Era muy exigente consigo mismo. Fútbol, fútbol y fútbol. Programaba los entrenamientos al milímetro. Contaba los balones y los petos. Se los llevaba a su casa para que no le faltara ninguno al día siguiente y así poder realizar los ejercicios que tenía previstos', recuerda Salvador, al que no le sorprendió que la familia Roig fuera a buscarle: 'Aquí hizo un trabajo muy bueno con la base y le ascendieron al primer equipo, al que logró meter en dos promociones de ascenso de Preferente a Tercera'.

Tenía 30 años cuando, tras casi ascender al Onda a Segunda A, la familia Roig eligió a Garrido para darle una seña de identidad al Villarreal desde la base. 'Fue Fernando Roig hijo el que le fichó hace 10 u once años', recuerda Manuel Llaneza, director general del Villarreal. 'Se lo ha ganado, ha trabajado mucho desde abajo. Juan Carlos era la persona adecuada', prosigue Llaneza. En el Villarreal se habla de una vuelta al pellegrinismo, aunque el mismo Garrido se encargó desde en su primera rueda de prensa como entrenador del primer equipo de recalcar su acentuada personalidad: 'No soy Pellegrini, aunque tengamos métodos parecedos'.

En realidad, Pellegrini se mide hoy a parte de su propio molde. Garrido diseñó junto a Antonio Cabello, actual preparador físico del Real Madrid, la metodología de entrenamientos que siguen en el Villarreal desde los benjamines hasta el primer equipo. 'No es que sea un candado cerrado al que no se pueden aportar ideas nuevas, pero a esos métodos que diseñaron se tuvieron que adaptar todos los entrenadores que han pasado por el primer equipo, incluido Pellegrini', dice el secretario técnico, Paquito.

«No soy Pellegrini», dijo tras sustituir a Valverde en el primer equipo

Metodología

'Garrido y Cabello implantaron la metodología de entrenamiento de todo con balón. El objetivo era enseñar a los chavales. Es un fútbol muy mascado, entrenando situaciones reales de fútbol, con todo el trabajo muy controlado por él y el mismo objetivo que tenía Pellegrini: mejorar cada día el juego del equipo', confirma Alejandro López Ufarte, que fue ayudante de Garrido en el fútbol base del Villarreal y ex entrenador del tercer equipo. 'Siempre han elegido técnicos a los que les gusta el toque y que estuvieran de acuerdo en entrenar de esa misma forma. Garrido es un entrenador ambicioso, que sólo tiene que aprender a tener mano izquierda para manejarse en el fútbol profesional', concluye López Ufarte.

Esos métodos de entrenamiento en los que el balón es el protagonista en todos los ejercicios físicos se han cuestionado en el Madrid, mediante informes, ante la masivas lesiones musculares padecidas por la plantilla blanca. 'No creo que ese sea el motivo, el Barcelona hace lo mismo', defiende Salvador.

'Sus entrenamientos son siempre con balón, con muchos partidillos y ejercicios en campos reducidos', describe Matilla, el cerebro del Villarreal B, equipo revelación de la Liga Adelante que bajo la dirección de Garrido ha impuesto el estilo tocado y admirado de la casa. 'Juan Carlos es muy exigente consigo mismo y eso le autoriza para serlo con los jugadores. No consiente que un jugador vaya al trote o camine desganado en un entrenamiento. Dialoga mucho y es un gran motivador. Lo primero que hizo con el primer equipo fue poner vídeos con las mejores jugadas de cada uno para que recobraran la autoestima', añade Matilla.

Todos lo que le conocen apunta que Garrido es un obseso vocacional de los banquillos, 'un estudioso que siempre estaba viendo fútbol y partidos. Se le veía que quería llegar donde está, tenía dotes de mando, que sería era entrenador de élite porque lo vivía', finaliza Salvador. D

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