Este artículo se publicó hace 15 años.
La ira de Serena
Williams perdió los nervios y amenazó a una juez de línea
Kim Clijsters estaba a punto de completar con éxito una de las grandes historias del año en el tenis. Dos puntos más y ganaría a Serena Williams. Con ello se colocaría en la final del Abierto de Estados Unidos ganando a la favorita tras dos años retirada de las pistas. Su rival, sin embargo, se encargó de robarle los titulares. Los jueces ya habían señalado a la americana un aviso por pisar la línea cuando servía, uno más significaría un punto perdido. Lo hizo, o al menos así lo creyó una juez de línea. 15-40, bola de partido para la belga. Serena se desesperó, miró la bola y se llenó de furia. Perdió los estribos. Cargo contra la juez a la que sacaba una cabeza. Su raqueta la apuntaba y empezó a gritarle. Serena estaba cada vez más nerviosa y la juez salió corriendo para hablar con el árbitro de silla, Brian Earley.
"Me ha amenazado", declaró en esa conversación la víctima de la ira de Serena. Clijsters observaba la escena desde el fondo de la pista con cara de circunstancias, sabía que lo que estaba pasando no podía terminar bien.
Earley reclamó la presencia de la juez del torneo, Louise Engzell que era la que tenía que tomar la decisión final. Tras escuchar a las partes lo tuvo claro, un nuevo punto para Clijsters por conducta antideportiva de su rival. Partido para la belga, en dos sets había fulminado a Serena, aunque bien es cierto que con dos puntos gracias la furia de Williams.
La americana lo niegaSerena, al conocer la sentencia, recorrió la pista para felicitar a Clijsters y se volvió al vestuario con su enfado aún presente. "No la amenacé", aseguró la jugadora norteamericana en la conferencia de prensa posterior al partido. "Nunca he estado en ninguna pelea por lo que no sé el motivo por el que se pudo sentir amenazada por mi", remarcó Williams.
No se plantea la número dos del mundo qué debería haber hecho, dice que ella nunca le da vueltas a lo que ha pasado y que sólo estaba en la pista para dar de si misma todo lo posible.
Clijsters afirma que ella no vio nada, que estaba demasiado ensimismada en el juego como para escuchar lo que estaba pasando al otro lado de la red, no en vano estaba a punto de jugar una bola de partido, un momento en el que la concentración tiene que ser extrema para no dar un paso en falso.
No era la primera vez en el partido que Serena perdía los nervios. En el primer set lanzó la raqueta al suelo, esta rebotó y le llegó intacta de nuevo a las manos. Williams la estampó con el suelo para destrozarla. El partido no le salió bien y Serena no acostumbra a perder un encuentro, este año ha sido campeona en Australia y Wimbledon, pero Clijsters fue mejor. La belga ha vuelto para dejar en evidencia al resto del circuito, incapaz de detener a alguien que ha estado parado dos años.
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