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L'enfant terrible

Márquez gana a Terol en 125 cc. tras una carrera caótica en Estoril, partida en dos por la lluvia, una caída y una sanción

MIGUEL ALBA

Ganó una carrera, encargó medio campeonato de 125 cc pero Marc Márquez estuvo a punto de ser devorado por el caos. Su domingo en Estoril estuvo repleto de batallitas. Salió undécimo, abandonó tercero la primera curva, adelantó a Smith y se situó a la estela de Terol para dejar pasar las vueltas hasta leer el momento del hachazo. Sin embargo, la lluvia alteró el primer acto. Se paró el gran premio y la aparición de la bandera roja iniciaba una peligrosa carrera en mojado de tan sólo nueve vueltas con más asfalto seco que mojado. La nueva parrilla acercó a Espargaró, cuarto en los siete giros en seco, pero lejos de los tiempos de Terol y Márquez. Le ofreció una segunda oportunidad para sentirse vivo en la pugna por el título.

En esa batalla de decisiones durante el parón, Pol Espargaró dilapidó sus opciones de campeonato al montar neumáticos de lluvia, frente a los slicks de Terol y Márquez. 'No podemos hacer lo que todos. O buscamos algo diferente o nuestras opciones se habrán esfumado', justificaba Pere Gurt, responsable del equipo Polyccio, poco antes de que la goma delantera de seco de Márquez atropellase un charco y redujera su vuelta de formación en una llamada de auxilio. Rodó por el suelo y, sin soltar la moto para evitar que esta quedase dañada por el vuelo, aguantó la embestida del carenado en la cabeza, antes de levantarse suplicando escuchar el motor de la Derbi.

Dolorido, con la grava escapándose bajo el carenado, Márquez quedó atrapado en el paddock, que se cerró mientras sus mecánicos recomponían la Derbi. El error le obligaba a un ejercicio de épica. Inició último el segundo semáforo verde. Ganó 12 posiciones en la primera recta. Se la jugó pasando por medio de dos rivales que se cerraban, se fue hacia el lado derecho y desde ahí avanzó para cambiar de lado al final de la recta y superar a más rivales por fuera. Ya estaba en la cuarta posición. Desde allí vio cómo el asfalto seco frenaba a Pol Espargaró, capado de ritmo por los neumáticos de lluvia. Su décimo puesto final le deja sin opciones de título la próxima semana en Valencia. 'Estoy seguro de que más adelante nos daremos cuenta de que hemos hecho un gran año', se conformaba Pol.

Márquez, sin embargo, andaba desatado. Tras un par de giros en los que Smith cumplimentó su encargo, frenando al líder del Mundial, Márquez se situó tras Terol en un interior que le situaba segundo. 'P2, OK', le marcaba en la pizarra su equipo a Marc. Sin embargo, l'enfant terrible estudió las trazadas de Terol hasta desatar la guerra. Se puso primero en una espeluznante apurada de frenada a final de recta. Terol se lo devolvió poco después y ambos se enzarzaron en una pelea, carenado contra carenado, que se resolvió en favor de Marc, que sumó su décima victoria del año por 150 milésimas de segundo. 'Esto no está hecho', dice. En Valencia, le vale con ser octavo para ser campeón.

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