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Lorenzo se mancha el mono

El campeón del mundo tuvo que llevar su pilotaje al extremo para intentar no perder el ritmo de las Honda

ALBERTO CABELLO

'Pilotar como si te fueras a caer, pero sin caerte'. A esta paradoja se ha aferrado en las últimas carreras Jorge Lorenzo para no perder de vista el ritmo de Honda. Su manejo de la moto ha coqueteado con el riesgo ante la evidencia de que Casey Stoner cuenta con unas décimas de ventaja. No es la peor noticia, lo que más frustra al campeón del mundo es la sospecha de que su gran rival aún cuenta con un margen para llevar su máquina hasta el umbral del límite. Todo esto, además, sin que Dani Pedrosa esté todavía apto para disputar los grandes premios.

Rodeado de enemigos, el piloto español volvió este domingo al suelo después de más de un año. La temporada pasada acabó con el mono impoluto. Se marcha de Silverstone con un cero que le entrega a Casey Stoner el liderato de la categoría. Tampoco la lluvia es capaz de frenar al australiano. Es el más rápido en seco y también lo es en mojado. Lo demostró en un domingo de perros sin demasiada oposición.

Lorenzo parecía relajado antes de la salida. En el entrenamiento matinal en mojado había estado otra vez muy cerca de los tiempos de la primera Honda. Ni ese mar de charcos que tenía ante sí le agriaba el gesto. Se saltó la norma de sólo responder una pregunta a los periodistas y se explayó en sus sensaciones. Hasta tuvo tiempo de atender la visita por la recta de meta del actor Ewan McGregor. Y al primer acelerón consiguió ponerse primero. Levantó un poco la rueda y le ganó la mano a Stonery Simoncelli. Tuvo de todo ese giro inicial. Pilotó con soltura en las curvas iniciales hasta que perdió una trazada que le mandó hasta la cuarta posición.

Todo ese buen karma que transmitió en los minutos previos pareció desvanecerse. El susto frenó su confianza. Dovizioso y Simoncelli abrieron hueco muy pronto. Mientras, Stoner ya empezó a escribir su monólogo.

El mapa de la carrera era entonces el habitual. Rodeado de ese mar de Hondas, Lorenzo tenía que remangarse para encontrar su mejor resultado. Superpippo le facilitó un poco la tarea con una salida de pista que le regaló la tercera plaza. Stoner no estaba aún tan lejos y eso le propulsó. Marcó el mejor tiempo de la quinta vuelta hasta acariciar la rueda trasera de Dovizioso.

El compañero de equipo del australiano hizo de tapadera. No era tan rápido como Lorenzo, pero le cerró herméticamente todas las puertas del adelantamiento. Sin pasillo libre, se formó un tapón perseguidor de Stoner con los dos italianos y el español. Sin emoción en la pelea por la victoria, la competencia se presentaba interesante por las otras dos plazas del podio. Lorenzo lo ponía todo en ese momento. Era el que más arriesgaba en la laguna de Silverstone.

Sin embargo, el balear fue el primero que se borró de la lista cuando más apretaba por asaltar el segundo puesto. Bailó la rueda trasera bajo el agua y patinó hasta el escape de una curva. Con la moto destrozada se marchó cabizbajo hacia su box pensando que esta vez la paradoja no se cumplió: pilotó como para caerse, y se cayó.

Después de este resbalón, contempla a Stoner con 18 puntos menos. Tendrá dos semanas de paréntesis para planificar una estrategia diferente ahora que él es el perseguidor del líder. También la vuelta de Pedrosa al gran premio de Assen podría cambiar el panorama de estas dos últimas carreras.

Dovizioso y Edwards, ocho días después de fracturarse la clavícula en Montmeló, acompañaron al australiano en el brindis con el champán. Simoncelli volvió a amagar con un sábado esperanzador, pero acabó el domingo otra vez por los suelos. Valentino Rossi remontó posiciones y entró en meta sexto.

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